Elecciones Individuales, Convergencias Colectivas.

This too shall pass, o también «esto es temporal, esto también pasará» para bien o para mal.

Hablemos de la vida como temporadas en una serie, ajá, como si fueras Fleabag y de vez en vez la cámara volteara hacia a ti y enfocara tus pensamientos, tal vez como si fueras Mrs. Maisel y cada momento de tu vida llevara una reflexión dramatizada como perfomance, o bueno, ya para mis oldies cada vez que Lorelei y Suki se acercaban a tener su propia posada y les pasaban cosas que solo podían tener sentido desde la cultura pop.

Me gusta conocer la vida de los demás, porque una vez que lo empiezas a hacer, empiezas a reconocer la humanidad en ellos y entonces es más fácil entender que aquelles también vienen de un lugar en ruinas, en deconstrucción o en plana reconstrucción y entonces sabes que cada decisión o momento decisivo venía con un desarrollo de personaje que no tenía nada que ver contigo sino con un viaje personal que en ese momento requería de ser así, aunque a los personajes secundarios nos doliera (sí, la neta, serás protagonista de tu vida, pero no de los demás.)

Es ahí, en la historia personal de cada quién donde empecé a escuchar las diversas temporadas que han ido viviendo en su vida hasta el presente y me vuela la cabeza cada vez que escucho la vida o vidas que han tenido en diferentes épocas, a veces muy hasta arriba, en la cima del éxito (lo que signifique para cada quien) a veces, muy en los abajos, en el fondo, muy en el fondo, ahí donde solo tragas lodo y no ves luz y en cada una de ellas, aquí siguen, viviendo, registrando, contando experiencias y es que a eso podríamos dedicarle la vida, no? A vivir experiencias para después recontarlas.

De las conversaciones que más me inspiran, son esas, donde escucho la travesía de la vida vivida, y el cómo los ha llevado a estar ahí, en ese momento sentadxs conmigo, contándome sus temporadas previas.

Alguna vez, preguntaba: ¿Cómo te das cuenta que estás terminando un temporada o que es necesario terminarla y empezar otra?

Y de las respuestas que más se repetían, era que: Te sientes diferente, no te hallas, algo te incomoda, te estorba, andas más disociadx de lo normal, tus playlist no te llenan, no encuentras la canción que quieres para salir a caminar, te empieza a dar flojera pasar por los mismos lugares, amas a tus personas pero ya te urge conocer gente nueva, te encantan tus bares favoritos, pero no será que hay alguno nuevo más cool?

A veces los cambios de temporada terminan con una relación o con el fin de tu contrato en la chamba, a veces empiezan en tu cumpleaños o en año nuevo, a veces solo un día te despiertas, estás harto y tiras todos los cigarros, regalas la ropa que ya no te pones y sales a correr por primera vez en años; en realidad nunca sabes cuándo ni cómo pero empiezas a sentirte diferente y en el espejo se nota.

¿Cuántas vidas llevas? No dejará de parecerme loquísimo lo extraño que es sentirte que perteneces a ciertos lugares y personas, que así es tu vida, que así será, que tus rutinas que te guían por la vida son las que te definen como persona aunque, cuando entiendes que la vida no es lineal, entiendes que esas rutinas también cambiarán y encontrarán otra forma de darte paz y parte importantísima de saberte llevar por temporadas es que te responsabilizas por tus acciones, por tus decisiones, la guionista que decidirá los eventos canónicos o qué veneno aventarás en una conversación, la de vestuario que fijará un look o varios para diferentes situaciones, la de presupuestos una de las más difíciles porque te va a decir que no hay $$$ y dependerá de ti si se hace o no, la de RH que invitará a personajes recurrentes a hacer cameos, que renovará el contrato de otrxs personajes o la que hará el casting hasta para aquel antagónico que te hará dudar de cada camino que tomes, la de locaciones y fotografía, quiénes decidirán dónde y cómo quedará registrada aquel gran concierto o ese beso sentados en la barra de la cocina.

Hemos sido cuento en otras historias, hemos tenido nuestras propias historias para cada cuento que contamos.

Estas temporadas no tiene tiempo definido, nada es lineal y todo tiene caducidad, lo que hiciste hace 10 años cuenta para ti, y si no sigues avanzando y creando nuevas situaciones, terminará siendo algo que se cuenta en alguna sobremesa, ¿no quieres seguir contado más historias? ¿cómo crearás esas historias?

Mis últimas temporadas han acabado e iniciando dramáticamente y también muy romántico porque pues como yo decido, me las hago bien de escena final. La última temporada terminó por ahí de julio en una playa de Veracruz e inicio un ciclo más, aunque en general, este 2023 ha sido un año lleno de capítulos buenísimos e interesantísimos que me han cuestionado la vida entera y también me ha dado lo mejor de lo mejor, este año he viajado más que en otros años, he tenido tantas conversaciones, he tomado tantas fotos, he registrado momentos que elevan el valor de mi vida y para ir cerrando este choro gigantesco de lo importante que es entender que así como pasan momentos trágicos y que fisicamente piensas que es imposible salir de estos, saldrás, créeme, saldrás, y así como hay momentos TOP OF THE ROCK, más GRANDES QUE LA VIDA, así hay días de flojera total y está bien y es bonito, solo tu lo decides.

Hay días que veo mis fotos de hace unos meses o de estas fechas el año pasado y solo digo: «es que esa ya no soy yo» y yo necesito reconocerme siempre.

Al final, lo que quiero decir es que hagan cosas, digan sí a las experiencias, salgan a caminar por otras calles, acepten las invitaciones, busquen eventos, métanse a esas clases que siempre habían querido, empiecen ese hobbie que les ha hecho ojitos desde hace un ratote, ponte ese ouffit para ese «lunes encerrada en la oficina» y cuando activas todo eso que siempre dejas pasar porque «que flojera» «para qué si solo yo lo voy a ver», «mejor no voy», cosas maravillosas para pasan y entonces cada capítulo es un capítulo de la vida de alguien que quieres ver y yo muero de ganas por ver cada uno de los míos, por eso me emociona hacerme vieja, quiero saber qué más sigue! quiero más!

Cuénteme sus inicios y finales de temporada, cuéntenme a quién han decido aventar por las escaleras mientras rían maléficamente, cuéntenme cómo se llamaría la playlist y qué canciones llevará, cómo quieres que cambien tus atuendos, el cielo es el límite, literal eres el autor de cada día que vives, así sea el episodio más aburrido que criticaste por no tener sentido o el día más increíble que acabó con el atardecer más amarilloso que tenía naranjas con rosas.

Besos de coneja.

Un deseo lúdico de imitación

Un día se puso de moda «ser señora» y por ahí, me di cuenta que yo ya era una.

En el post pasado, hablaba que era una «adultish», que no terminaba de crecer, ni de ser una persona tan adultamente responsable pero eso sí, tenía ya casi lo era, pequeñas nimiedades que me mantiene con un poco de Peter Pan, pero hay algo innegable, ya soy una señora, mis 35 años no me dejan mentir.

Pero no solo yo, de repente una generación evocó el serlo, en convertirse en una y no solamente eso, sino básicamente, convertirte en tu madre.

¿Mi teoría? Antes, nuestras mamás, abuelas, suegras, tías y demás, se casaban (mucho más jóvenes) y casi luego luego, tenían hijos y ahí inmediatamente perdían la juventud y se convertían en señoras, aprendían a cocinar, se sabían los secretos de las plantas, conocían todos los remedios, vaya Pinterest les tendría envidia con todos los hacks y DIY que todas nuestras señoras saben hacer. Pero oh, la juventud, si bien viene con la edad, también es un trampa. Te dicen que puedes hacer todo, que te puedes comer el mundo de un bocado, que viajes, eches fiesta, que te desveles hasta altas horas de la madrugada, que te cuides pero no tanto, ya vendrán los años para tener que hacerlo por ti. Pero nada le gana a la sabiduría, a la voz de la razón, a la misma vida vivida, a eso que ya casi nadie te puede venir a contar porque ya lo aprendiste y eso, está mejor.

Siempre he marchado al son de mi propio ritmo, he hecho las cosas al revés, a mis tiempos, unas completas y otras sin terminar para siempre, la madurez no me llegó sabiendo hacer arroz, ni sabiendo las bondades del vinagre para usos domésticos, sino haciendo lo que se me da la gana, no siempre he triunfado pero hoy por hoy te puedo decir: «hazme caso, ya me pasó…» Y es que nadie aprende en cabeza ajena porque sabes que tienes que vivirlo para llegar a ser señora.

Ser señora -o señor, porque también aplica en los hombres- es encontrar una manta de seguridad en todas las cosas que tu madre -o padre- hacían y los veías como estas personas grandiosas que saben tanto y que te faltaba demasiado para llegar ahí, es un forma de tejernos un hogar para nosotros mismos.

Justo en esta cuarentena -ya platicaremos de este tema- lavar los trastes se ha vuelto una cosa de todos los días porque odiamos ver la cocina tirada, encontrarte entre semana o el fin de semana haciendo el jardín, buscando quitarle hojas secas a las plantas, sacando piecitos de una para darle paso a otras para crecer, regar muy temprano o cuando baje el sol porque sino quemas el pasto, remendar botones u hoyitos que tiene tu ropa, querer ir al mercado el domingo a comprar fruta, verdura, queso y flores, son cosas que les aprendí a mis padres cuando ellos ya eran señores, y seguro me faltan muchas muchas más por hacer y aprender. Y sé que suena a básicos de supervivencia, pero no se crean se necesita talento para escoger aguacates.

Cuando me casé, tenía 28 años y cuando escuchaba que me decían «señora» me daba una punzada en la panza, como si se me estuviera escurriendo los años y obvio con cero skills para serlo, siempre contestaba: «Señora, mi suegra y mi mamá» y ahora, aunque todavía siento la edad que se me viene encima, me gusta poseerme como una mujer más completa. que sabe un poco más, y sobre todo lo que quiere y lo que no.

¿Ustedes? ¿Les llegó la señitud desde antes? ¿O todavía les cuelga mucho para eso? Cuéntenme como ha sido su proceso.

Mientras, les dejo fotos de cachitos de mi casa que me hacen sentir señora que cuida sus espacios y sus plantas.

Maceta forrada con tela de vestido fav.
El libro que leo a las 6 am que me despierto and in between hours con una bebida refrescante en mi jardín. ¿Qué tal este nivel desbloqueado de señora?
La nueva versión del trinchador gigantesco que tiene la abuela.
Mi cocina.

Besos de coneja.

Road trip Veracruzano

¡Conejitxs!

En un post pasado les contaba que el año pasado había sido mi primer aniversario en Monstruo Canela y ¿saben qué significa eso aparte de la gran palmada que dice atta girl?

V A C A C I O N E S

Moy y yo estuvimos aplazándolas mucho, decidiendo lugares, que si road trip largo, que si uno más corto, que si Oaxaca, que si Veracruz, que si 3 días, que si una semana hasta que no podíamos esperar más y teníamos que tomar una decisión, sino, se me iban a juntar con las de este año y pues qué chiste, aparte coincidía en las fechas de aniversario de andar de noviecitos.

Al final ganó Veracruz, por cercanía, por puritito gusto y porque justo a los lugares que habíamos escogido ni Moy ni yo conocíamos: San Rafael, en la Barra de Nautla y una playa que se llama «La Mancha» y que es parte de una reserva ecológica, la cual, afortunadamente la cachamos sola y con el mínimo de turistas.

Primero, mis ganas de quedarme en http://www.maison-couturier.com/, una «pensión agricola» afrancesada que no tiene cuarto de madre, así que Moy y yo hicimos un deal with each other y le tocó invitar el hotel, no saben lo feliz que estaba, tenía años que veía su sitio web y fotos con la ilusión de un día poder quedarme ahí y sabía lo loca que me volvería tomando fotos.

Como fuimos entre semanas, el hotel estaba prácticamente para nosotros solos- aunque aquí empezó el drama de las vacaciones- el lugar está increíble, lleno de verde, de historias, de rincones con detalles precisos.

La comida sí nos quedó a deber, sus porciones son para alguien que nunca tiene hambre y un poco overprice para lo que es, aunque el restaurante es una belleza, llegas a desayunar y no te puedes decidir donde sentarte porque cada espacio es hermoso.

Tienen bicicletas que puedes tomar para recorrer el pueblo de San Rafael famoso por su historia francesa, quesos gourmet y licores de frutas o quedarte y pasear por las hectáreas de árboles frutales y con lo miedosa que soy para andar en bici, decidimos por los plantíos -¡qué belleza!.

Saliendo del hotel, manejamos 2 horas hacia el puerto para llegar a la otra playa. Rentamos un Airbnb que estaba sobre una colina a la que llegabas por un camino de arena y palmeras desde la cual podías ver el mar desde la cama.

Cuando llegamos aquí pasamos el mayor tiempo que pudimos en la playa porque a estas alturas ya nos habíamos peleado con el banco por hacernos cargos dobles en el primer hotel, cosa que no quedaba resuelta y el efectivo se nos estaba agotando. En la desesperación nos limitamos a la comida y a las chelas y ¿saben qué significa eso en las vacaciones? ¡Ufffff podías cortar la tensión con un cuchillo!

Tuvimos varios problemas técnicos para poder llegar a casa, que si no podíamos cargar gasolina porque se fue la luz en la zona, que no podíamos pagar las casetas con tarjeta, moríamos de hambre, se acababa la gasolina otra vez, ya no teníamos efectivo…. Las 5 horas más silenciosas de un road trip ever. Por fin llegamos a casa cerca de las 11 pm, muertos de hambre, decepcionados, enojados, etc… Al final -al final, final- lo tomamos como otra experiencia que vivimos juntos, que cuando la contamos les da risa a los demás y nosotros solo nos volteamos a ver como: Ps ya, que nos de risa.

Cuando empezamos a andar, nuestras primeras vacaciones juntos fue una semana a la Riviera Nayarita y fue perfecta, no teníamos ningún plan, íbamos de playa en playa, cada momento fue inolvidable, asumimos que siendo nosotros, este sería igual y no. A veces -muchas veces- las cosas simplemente no saldrán perfectas porque pues such is life, aunque a veces la vida misma te lo compense más adelante.

Aún así, tenemos fotos de recuerdos casiperfectos, ¿a ustedes les ha pasado tener vacaciones from hell? Cuéntenme sus experiencias.

Besos de coneja.

Un trip a Huasca de Ocampo y Real del Monte

¡Conejitxs!

Tengo un trip que contarles antes de que les cuente el otro tip que acabamos de hacer.

Por mucho tiempo me daban como repele los famosos «tours turísticos», mi idea de viajar, turistear o conocer nuevas ciudades, se centra en que no querer seguir indicaciones, no ir solo a los lugares para turistas e inclusive hasta perderme, siempre con ganas de conocer algo más.

Recientemente, mi mamá me invitó a uno de esos tours donde te reúnes en el Parque Juarez a las 3 am para salir y yo medio renuente dije que sí -también era una buena oportunidad para hangear con mi madre-. El trip con destino a Pachuca, en particular a los Prismas Basálticos y a Real del Monte, fue un pequeño respiro de la ciudad, de los domingos habituales y de paso descubrir lugares nuevos, sentir la sinergía del agua con las piedras, buscar duendes escondidos y caminar por calles de un pueblo mágico que se mezclan con tradiciones inglesas -ahora les cuento porqué-.

Muy tempranito (8 am) estábamos llegando a los Prismas Basálticos, bajamos del camión, caminamos hacia ellos y de repente los ojos se me hicieron más grandes y yo me hice más chiquita al conocer por primera vez esta maravilla de la naturaleza. No podía creer que todo existiera por capricho de lo que fuera un volcán, el agua, las piedras y la energía. Fue impresionante sentir toda la fuerza que contienen los Prismas Basálticos, podías sentir todo tu cuerpo impresionado de lo que veíamos y sentíamos.

Después de desayunar ahí, la siguiente parada del tour era prácticamente a la vuelta: La Hacienda de Santa María Regla y wow, aunque es hermosa, grandiosa y un hito en la historia de Pachuca, chale, es la parte que en la clase de historia no te cuentan. Resulta que el que la construyó: Don Pedro Romero de Terreros construida entre 1760 y 1780 utilizó a todo mexicano que pudo para construir esta edificación, incluyendo mujeres y niños, arriesgando la vida de todos, esclavizándolos y prohibiéndoles la salida del recinto ya que lo construyó justo utilizando a los Prismas como muralla. Bueno, esto entre muchas cosas más que hizo este desgraciado, resulta que es de los de la casa de empeño de Nacional Monte de Piedad, los cuales son uno de los «benefactores» del teletón por ejemplo. ¿Culpa? ¿Cinismo? La disculpa de los españoles a los mexicanos de repente no se mi hizo tan disparatada.

Saliendo de aquí nos movimos a Real del Monte donde los chicos del tour Kultour (así los encuentran en Facebook ) hacen una buena investigación de dónde comer, qué visitar dependiendo del tiempo, si debes tomar un taxi o caminando puedes llegar a algún punto turístico, lo cuál está super chido porque ya no te sientes tan en tour sino que decides que ver y que visitar.

Nosotros decidimos buscar pastes, visitar el hospital de los mineros, tomar muchas fotos, pasear en un trolebus y caminar mucho. Esta zona minera tiene mucha historia también, hasta ese momento nunca me había preguntado por ese oficio -un poco con Sabrina jaja sorry- y ¿sabían que en Real del Monte fue el lugar que presenció la primera huelga de América Latina? La historia de las minas en México, es importantísima, es cruel por momentos y no recuerdo haberlo estudiando en la escuela -punto para viajar, cómo si lo necesitara-.

Processed with VSCO with c1 preset
Por cierto, ella es Zurhaar, una enfermera que llegó desde Holanda, siguiendo su convicción de ayudar a los demás. Vivió en el hospital de los minero y lo único que se sabe de ella es que todos la querían y que está enterrada en el panteón inglés del pueblo. Cuando te dan el tour de su casa, mencionan que «nunca hizo su vida, no se casó, ni tuvo hijos» y me dio mucho coraje que su vida pasó desapercibida por una nimiedad como esa, cuando una mujer en esa época, viajó sola a otro país para ayudar, esa me suena como una gran fucking life.

Me encanta aprender, aprender de mi país, de la gente que vive en otros entornos de los cuales desconozco, aprender a caminar calles por las que nunca había caminado, gracias má.

¿Ustedes ya han ido? ¿Ya conocían la historia de los mineros? ¿Cuál fue la última belleza natural mexicana que visitaron?

¡Besos de coneja!

Azul Quedito

¡Conejixts!

¿Una nueva recomendación? ¡Sí! ¿La comida es buena? Nee, no tanto ¿El lugar es chulo? ¡Chulísimo! ¿Entonces? Bueno pues no siempre caemos en lugares deliciosos, no siempre nos encanta lo que pedimos, obvio no somos los dioses de las gastronomía -por cierto, cuando hablo en plural es porque cuando salgo a comer, es con el Moy con quien compartimos el gusto la comida- pero apreciamos el buen comer.

En la 3 poniente de San Andrés Cholula, donde en un pedacito de calle que se está logrando posicionar con 3 o 4 propuestas de restaurantes, está Azul Quedito. Pasábamos y pasábamos y es de los lugares que dices «pasemos pronto, el próximo fin vamos, hay que venir a desayunar aquí» y pues sí, pasamos a desayunar y de entrada, felicidades porque es el lugar perfecto para un desayuno «cute» o brunch con las señoras, en familia o definitivamente con tu pareja.

El diseño del lugar no te queda nada a deber, todo el lugar está muy bien cuidado, es armonioso, tiene pequeños detalles en cada rincón que lo hacen cool sin dejarlo de hacer amigable. Agradezco que no tengan televisión, por cierto.

El servicio es excelente -excepto que nunca nos llevaron pan y a todas las mesas sí, es lo más estúpido pero cuando me di cuenta ya habíamos acabado y me quede con ganas de pancito mañanero- meseros y valet parking siempre te atienden con una sonrisa, son rápidos y muy serviciales.

Ahora, la comida… Pedimos unas enchiladas suizas -de ahí salió el debate de qué color deberían de ser en mi Instagram- que no estaban tan buenas pero tampoco malas, solo mmm «estaban», también pedimos un plato de esos gringos –my gulty pleasure– con hot cakes, tocino y huevo y ahí sí, fue el plato de comida más triste que he visto en mi vida, el tocino frito en aceite sin sabor, el hot cakes más flat que una pared y el huevo ps, bueno era un huevo y por favor, aquí de cuates, no pongan esas mermeladas y mieles de empaque, los abarata, ¡no es un vips!. La otra decepción -aquí los amigos restauranteros y chefs y los no amigos, me dirán porque- es que te dicen: ¿Café? Sí por favor. ¿De máquina o de refill? De máquina por favor. Entiendo que un Nespresso es una maquina, pero mmm este.. pues… no «es de máquina» y aparte te lo cobran carítttsimo y ahí si no.

En general, esta recomendación no es una recomendación que sí es una recomendación. Les recomiendo que si van a tener un restaurante, todo sea integral. Hay lugares deliciosos, que no se ven tan chidos y puede que no te den ganas de quedarte horas -consumiendo-, hay lugares -como éste- que son súper cool pero la comida se queda a la mitad y otros que entienden que la comida es un ritual, es una actividad que levanta el espíritu, que es un momento de comunión y realizarla te lleva un momento placentero que te deja un sentimiento de bienestar.

Pero bueno, vayan ustedes, decidan y me cuentan, igual ese día llegamos muuuy temprano y en cocina aún estaban dormidos para lucirse con nuestro desayuno, no lo sé.

Pero ya saben, si van, me mandan mensaje y me chismean.

¡Besos de coneja!

Adiós 2018

¡Conejitxs!

Leía el último post que escribí del 2017 y puedo sentir el enojo, la decepción y el cansancio que me dio ese año, la neta hasta feo sentí leerme así.

El 2018 fue muy diferente, hubo menos drama, menos chismes, aprendí nuevas cosas de mi (otra vez), me reí mucho, la gocé más pues, pero vaya hagamos un recuento de este año, pero en escrito y en mi blog porque sí está muy chido ver todo lo que hicieron este año en instagram pero no mamen hasta la app se alenta de ver tooooodooooos sus viajes instagrameables -sí, envidia le llama-.

Hagamos cuentas:

Alondra nació: Mi hermana y mi cuñado decidieron que era momento de juntar lo mejor de los dos y crear a una nueva personita. El día que nació mi sobrina, estaba tan nerviosa, no podía creer que era hora, que ya la iba a conocer. Mi corazón estaba que estallaba de amor, de felicidad y de emoción. Toda la familia la recibimos y le dimos la bienvenida al mundo entre abrazos, lágrimas de felicidad y con miles de ganas de ya enseñarle todo. Verle crecer, descubrirse a sí misma, el mundo, a nosotros, es de lo más bello que me pasó este año. Por cierto, en navidad le regalé su primer libro: «Cuentos de Buenas Noches para niñas rebeldes». Quiero que sepa todo el potencial que tiene, que vino al mundo para hacer grandes cosas y que las mujeres bien portadas, jamás han hecho historia. Punto positivo para el 2018.

Un año completito en Monstruo Canela: Ya les conté en unos post pasados que hice mi primer año en la agencia creativa donde trabajo, logrando una vez más retarme, aprender cosas, encontrar rincones en mi cerebro que no sabía que estaban y lo que contenían. Todos los días aprendo algo, desde liderazgo, desde moderar mi voz, sobre marketing digital hasta trabajar todos los días con mujeres chingonas que siempre suman. Punto positivo para el 2018.

De trips y road trips: Un trip de trabajo a Querétaro y de paso a Peña de Bernal, un mini road trip a unos viñedos cerca de Puebla, otro a comer chiles en nogada a Calpan y uno intentando llegar al «Aguacate» para un día de perros, también hubo un día y vuelta al DF con una de mis personas favoritas, fue un día de museos, de caminar, de turistear, de contarnos muchas cosas y comer delicioso. Vamos a darle Medio punto, porque sí salí a pasear, pero no fue suficiente, me faltó el mar y siempre se necesita del mar. Medio punto positivo para el 2018.

¡Fotos!: El año empezó con fotos de las que esperas que tu mamá no les haga mucho caso, en marzo otras del mismo tipo y en julio por primera vez hasta al Moy le tocó posar y fue divertidísimo, romántico y sexy! En septiembre llegó la feria a la ciudad y con ella un carrusel perfecto para más fotos.

Gracias: Mike Loeza, Pó Tellez y Diego León por ese ojo mágico para lograr imágenes que no paro de ver. Punto positivo para el 2018.

Comida, mucha comida: Comimos en casa, salimos a comer, descubrimos nuevos lugares y regresamos a los de siempre, gracias también a los que confiaron en mi para compartir en mis redes sociales. Punto bueno para 2018.

Fue un buen año, no el mejor, pero para eso siempre tendremos el resto del tiempo, para mejorarlo y hacerlo como nosotros queramos.

¡Nos vemos en el 2019! ¿Cómo estuvo su año?

Besos de coneja.

Risa de persona lista

¡Conejitxs!

Tengo una confesión que hacer: Nunca he durado más de un año en un trabajo.

There, I said it!

En momentos de instrospección -y ansiedad- me pongo a recapitular cada uno de ellos -cuál relación fracasada- pensando si fui yo la culpable de haber dejado aquel trabajo o fueron las circunstancias las que se acomodaron para que mi periodo laboral en cualquier lugar fuera solo de un año, más, menos.

Trabajo desde los 13 años. Un día mi papá me contó que de chavo había trabajado en la inmobiliario de mi abuelo y que era el mandadero, no se me hizo mala idea para que fuera mi primer trabajo en el verano del 98. De ahí pasé por todo, edecán, volantera en los cruceros, hostess en un restaurante, recepcionista, asesora de estilo en una tienda de ropa, vendedora de muebles, coffee shop owner, maestra de inglés, creadora de contenido, más todos los lil gigs que uno va juntando para completar los gastos y ahora Marketing Manager.

En todos estos, hubo de todo, gente extraordinaria con la cuál sigo compartiendo vida, jefes que huyeron sin pagar, jefes que ahora son amigos, jefes messed up, padres de familia dispuestos a culparte de todo, personajes que iban pasando y se convirtieron en compas, pero lo que más más, es que en cada uno y de cada uno aprendí muchas cosas.

No terminé de estudiar -lo saben-. Intenté estudiar Turismo por 3 semestres pero el ambiente universitario no es lo mío, siempre trabajé y me gustaba más ganar dinero que sentarme a estudiar, así que me desesperé de ir a escuchar cosas que ya sabía; después entré a estudiar Diseño de Moda, que desde niña había querido hacer pero también me desesperé y al primer semestre me salí -me di cuenta tarde que no quería aprender a hacer ropa, quería saber de ella como pasión y escribir al respecto, pero esa opción no había-. Todo el tiempo que traté de estudiar, seguía trabajando.

En septiembre del año pasado, trabajaba en una revista donde un día me dijeron: «gracias, ya no eres bienvenida». PERO las cosas siempre pasan por algo, se los he dicho y ahí conocí a la que ahora es mi jefa, cuando ella con su agencia de marketing digital, y nosotros en la revista organizábamos todo el mes de contenido y como se distribuía en redes sociales y web.

Cuando a las dos nos mandaron al diablo, me habló y me dijo: Tengo algo que proponerte, nos fuimos a tomar un café y platicamos. Algo que tienen que saber es que no saben cuaaaantas veces me hablan amigos, conocidos, compas, etc, para ofrecerme algún proyecto porque «tengo potencial» pero ¿saben qué? nunca se concretan. ¿Saben esas idas y venidas de irse a tomar un café y platicar y pasan días, semanas y meses y que el proyecto siempre no se va a hacer o le hablaron a alguien más? Ufff! Me lo sé de memoria y está bien, no pasa nada, ese proyecto no era mi. Pero aquí fue diferente, aunque no tenía tan claro que iba hacer en la agencia, estaba segura que ahí tenía que estar.

Este septiembre hice primer aniversario en Monstruo Canela y Monstruo Canela este mes cumplió 5 años.

¿Ah que va todo esto? A que por primera vez pasé del año en un trabajo, consiente de todo lo que tengo que hacer y trabajar en mi misma y para la agencia. Y que muy emocionada festejé un año más con ellas.

La curiosidad no se aprende en la escuela y siempre me ha gustado aprender, así que por eso me eduqué yo misma, no lo sé todo, me falta mucho por aprender pero si quiero, ahí estoy, buscando, frustrándome, aprendiendo, dudando, googleando, preguntando y más. Siempre dije que no necesitaba una carrera para seguir alguien y me ha costado muuuuuchisisisisimo demostrarlo pero lo estoy haciendo. No demerito todo lo que alguien con la carrera de Mercadotecnia estudió y lo que le costó su título, pero tampoco demerito todo lo que he aprendido en la vida y que si ahora lo pongo en práctica y el puesto lleva ese nombre, lo llevo con orgullo.

Monstruo Canela y todas sus monstritas significan el mundo para mi, todos los días alguien me enseña algo nuevo, aprendo de todas, nos duele cuando algo no va bien y nos emociona cuando todo nos sale bien. Este trabajo me a enseñado a ser ordenada, a dejar de ser procrastinatora, a que la creatividad no llega sola, se trabaja, me ha retado, me ha costado, me ha cansado, me ha dado felicidad.

Amo mi trabajo pero los lunes sí me saben a lunes, los viernes a viernes y en los puentes pienso tanto en el trabajo que escribo sobre el, pero ¿saben qué? No lo cambiaría por nada. ¿Ustedes como van con sus trabajos?

Besos de coneja.

Título, fragmento de: «Modelos de mujer» por Almudena Grandes.

A Calpan por un Chile en Nogada.

Conejitxs!

Apenas twiteaba que abandonaría mi «poblanés» porque era la fecha que no llevaba ni un solo Chile en Nogada y alguien respondió: CALPAN.

Se me iluminó la cabezota, y en ese momento decidí que sola o acompañada me iba a ir un domingo a comerlos «hasta» Calpan.

Un viernes entre música, baile y mezcales decidimos irnos entre amigos el domingo y así fue como nos lanzamos y decidimos intentar probar por lo menos más de uno, así que íbamos pidiendo de a dos chiles y nos los dividíamos para poder saborearlos mejor.

En el primer lugar, en uno de los restauransitos que estaban entrando a Calpan, paramos guiados por el instinto de que se veía «bonito». Ahí, la nogada no tenía cuarto de madre, era PURA NUEZ, no saben la delicia y lo «maridamos» con chela.

Terminamos ahí y agarramos el coche de nuevo hacia «el centro» donde estaba oficialmente la «Feria del Chile en Nogada», en el camino hice algo que hace mucho no hacía, registrar en foto todos los colores, caras, frutas, animales, construcciones y llegando hasta el Ex Convento nos dimos cuenta que definitivamente ahí no íbamos a encontrar el sabor que esperábamos, ese estaba en las casas, en esas donde abren sus puertas para venderlos sin querer acaparar un lugar donde están todos los demás.

Así que nuestro siguiente destino fue buscar una cochera abierta, con mesas y ahí nos íbamos a instalar para comer el segundo chile, ahí lo «maridamos» con pulque, el cuál abunda en esa región.

Lo chido de no irse a sentar apretado en donde «está la feria» es que no se siente esa sensación de que te tienes que apurar porque están esperando que más personas sigan consumiendo, cuando comes en la casa de alguien, te sientes más libre de hacer sobremesa, inclusive de platicar con la señora que cocinó los chiles y preguntarle porque lo hace como lo hace y ahí queridxs conejitxs radica la experiencia de comer, el ritual de compartir la comida, que aún después de comerla, puedes seguir disfrutando y platicándola.

Al principio de año me prometí salir más, no quedarme con los lugares de siempre para el fin de semana y casi lo estoy logrando (les debo un post de un mini road trip para sacar a los perros) y esto fue divino. Dejar de ver los mismos edificios, casas, calles etc y salir y recordarme de todo lo que estoy perdiendo te hace sentir que vives, que conoces, que sientes, que pruebas, que por fin saliste de la rutina.

Processed with VSCO with c1 presetProcessed with VSCO with c1 presetProcessed with VSCO with c1 presetProcessed with VSCO with c1 presetProcessed with VSCO with c1 presetProcessed with VSCO with c1 presetProcessed with VSCO with c1 presetProcessed with VSCO with c1 presetProcessed with VSCO with c1 presetProcessed with VSCO with c1 presetProcessed with VSCO with c1 presetProcessed with VSCO with c1 presetProcessed with VSCO with c1 presetProcessed with VSCO with c1 presetProcessed with VSCO with c1 presetProcessed with VSCO with c1 presetProcessed with VSCO with c1 presetProcessed with VSCO with c1 presetProcessed with VSCO with c1 presetProcessed with VSCO with c1 presetProcessed with VSCO with c1 preset

¿Cuáles son sus lugares para salir de la rutina? Échenlos para que siga haciendo estos mini road trips que alimentan el alma.

Besos de coneja!

¡Felices 4 años de Blog!

¡Hola conejitxs!

Llegué a los 4 años de este blog y aún puedo sentirme impostora cada que alguien se refiere a mí como blogger.

Así es esto, a veces te sientes la blogger escritora que te imaginas que quieres ser, a veces sientes que hay un .com más en el mundo donde tus pensamientos tienen voz.

En estos 4 años, han pasados fotógrafos excepcionales, colaboraciones padrísimas, textos fáciles de relacionar y otros que tal vez no muchos entiendan y a todo esto solo quiero decir: Gracias.

Gracias si pasaste a chismear, a viborear, a leer, a relacionarte con otra persona, a ver fotos o porque no tenías nada que hacer. Muchas muchas muchas gracias.

Para celebrar les dejo la segunda parte de las fotos bien de amors que nos tomó la hermosita de Pócita que nos encontró el ángulo, la luz y el lust que nos tenemos.

 

blog16blog17blog18blog19blog20blog21blog22blog23blog24blog25blog26blog27

Besos de coneja!

Verdad Esencial

¡Hola conejitxs!

Aburrirse o no aburrirse.

De niña, si osaba decirle a mi madre: «Estoy aburrida» me decía -«Pues ponte hacer quehacer, vas a ver que se te quita» y como eso de la limpiada y organizada no se me daba (ahora sí, porque señora) pues ra-pi-di-to me buscaba que hacer.

Esos fueron mis primeros acercamientos, al miedo a aburrirme, a la ansiedad de no estar haciendo algo, a la ansiedad que da sentir que no estás haciendo algo, a la ansiedad que da sentir que no estás haciendo algo y que te lleguen esos pensamientos oscuros, de esos que cansan, que debilitan y que agotan. Mis aburriciones van más hacia «tengo que hacer algo, mucha cosas, constantemente» NO al «Ya me aburrí del mismo novio, del mismo trabajo, de la misma casa» de hecho la estabilidad ayuda mucho a mis rutinas para que mi mente overthinker no se salga de control.

Hace no mucho alguien me dijo: «Tu me dejaste el miedo a aburrir» y eso me caló, significaba que mis ansiedades habían afectado a alguien más, que las llevaba conmigo y casi responsabilizaba a otro por mis frustraciones y «mis ganas de hacer algo».

¿Pero por qué me aburro? ¿Por qué me desespero, por qué me da miedo?

Tengo mucha energía y aunque eso no precisamente significa que nunca me canso o que todo el día estoy de hiperactiva, sí necesito estar haciendo cosas continuamente porque si no agoto todo mi energía, llega la noche y con ella el insomnio y saben que significa eso? Exacto! Aburrirse toda la noche y saben que significa eso? Exacto! Ansiedad de aburrición.

Este post lo escribo sobre todo porque últimamente me he encontrado con muchos de ustedes compartiendo textos, memes o frases sobre este tema: La Ansiedad. Cada quién la expresar, la identifica o la calma -como cuando sientes ese hueco en el estómago, te falta el aire y sientes caliente todo el cuerpo- cómo mejor lo entiende.

Después de divorciarme, empecé a vivir sola por primera vez, dentro de las muchas cosas que aprendí en ese momento, es que de nadie depende ni mi felicidad, ni mis tristezas, ni mis aburriciones, ni la mala o buena suerte que tenga, más que de mí. Así que Marianita y yo hicimos las pases en muchas cosas y aprendimos a tomar nuestra energía en serio, a desechar lo que nos quitaba tiempo, a escoger formas de curiosear, de vivir, de pasar el tiempo, sin que esto dependiera de una pareja, de mi familia o de amigxs.

Trabajar en mis ansiedades es diario, callar tantito todas las voces que están echando desmadre en mi cabeza, estar en silencio con todo y el overthinking de mi cerebro es parte de quién soy e inclusive alguna que otra buena idea ha salido en mis momentos débiles ansiosos o cuando la he evitado a toda costa y me puse hacer algo interesante.

Pero cuéntenme, a ¿Ustedes que les causa ansiedad? o ¿Es una ansiedad general?

¿Ustedes como le hacen?

Gracias por leer, les mando besos de coneja.