Elecciones Individuales, Convergencias Colectivas.

This too shall pass, o también «esto es temporal, esto también pasará» para bien o para mal.

Hablemos de la vida como temporadas en una serie, ajá, como si fueras Fleabag y de vez en vez la cámara volteara hacia a ti y enfocara tus pensamientos, tal vez como si fueras Mrs. Maisel y cada momento de tu vida llevara una reflexión dramatizada como perfomance, o bueno, ya para mis oldies cada vez que Lorelei y Suki se acercaban a tener su propia posada y les pasaban cosas que solo podían tener sentido desde la cultura pop.

Me gusta conocer la vida de los demás, porque una vez que lo empiezas a hacer, empiezas a reconocer la humanidad en ellos y entonces es más fácil entender que aquelles también vienen de un lugar en ruinas, en deconstrucción o en plana reconstrucción y entonces sabes que cada decisión o momento decisivo venía con un desarrollo de personaje que no tenía nada que ver contigo sino con un viaje personal que en ese momento requería de ser así, aunque a los personajes secundarios nos doliera (sí, la neta, serás protagonista de tu vida, pero no de los demás.)

Es ahí, en la historia personal de cada quién donde empecé a escuchar las diversas temporadas que han ido viviendo en su vida hasta el presente y me vuela la cabeza cada vez que escucho la vida o vidas que han tenido en diferentes épocas, a veces muy hasta arriba, en la cima del éxito (lo que signifique para cada quien) a veces, muy en los abajos, en el fondo, muy en el fondo, ahí donde solo tragas lodo y no ves luz y en cada una de ellas, aquí siguen, viviendo, registrando, contando experiencias y es que a eso podríamos dedicarle la vida, no? A vivir experiencias para después recontarlas.

De las conversaciones que más me inspiran, son esas, donde escucho la travesía de la vida vivida, y el cómo los ha llevado a estar ahí, en ese momento sentadxs conmigo, contándome sus temporadas previas.

Alguna vez, preguntaba: ¿Cómo te das cuenta que estás terminando un temporada o que es necesario terminarla y empezar otra?

Y de las respuestas que más se repetían, era que: Te sientes diferente, no te hallas, algo te incomoda, te estorba, andas más disociadx de lo normal, tus playlist no te llenan, no encuentras la canción que quieres para salir a caminar, te empieza a dar flojera pasar por los mismos lugares, amas a tus personas pero ya te urge conocer gente nueva, te encantan tus bares favoritos, pero no será que hay alguno nuevo más cool?

A veces los cambios de temporada terminan con una relación o con el fin de tu contrato en la chamba, a veces empiezan en tu cumpleaños o en año nuevo, a veces solo un día te despiertas, estás harto y tiras todos los cigarros, regalas la ropa que ya no te pones y sales a correr por primera vez en años; en realidad nunca sabes cuándo ni cómo pero empiezas a sentirte diferente y en el espejo se nota.

¿Cuántas vidas llevas? No dejará de parecerme loquísimo lo extraño que es sentirte que perteneces a ciertos lugares y personas, que así es tu vida, que así será, que tus rutinas que te guían por la vida son las que te definen como persona aunque, cuando entiendes que la vida no es lineal, entiendes que esas rutinas también cambiarán y encontrarán otra forma de darte paz y parte importantísima de saberte llevar por temporadas es que te responsabilizas por tus acciones, por tus decisiones, la guionista que decidirá los eventos canónicos o qué veneno aventarás en una conversación, la de vestuario que fijará un look o varios para diferentes situaciones, la de presupuestos una de las más difíciles porque te va a decir que no hay $$$ y dependerá de ti si se hace o no, la de RH que invitará a personajes recurrentes a hacer cameos, que renovará el contrato de otrxs personajes o la que hará el casting hasta para aquel antagónico que te hará dudar de cada camino que tomes, la de locaciones y fotografía, quiénes decidirán dónde y cómo quedará registrada aquel gran concierto o ese beso sentados en la barra de la cocina.

Hemos sido cuento en otras historias, hemos tenido nuestras propias historias para cada cuento que contamos.

Estas temporadas no tiene tiempo definido, nada es lineal y todo tiene caducidad, lo que hiciste hace 10 años cuenta para ti, y si no sigues avanzando y creando nuevas situaciones, terminará siendo algo que se cuenta en alguna sobremesa, ¿no quieres seguir contado más historias? ¿cómo crearás esas historias?

Mis últimas temporadas han acabado e iniciando dramáticamente y también muy romántico porque pues como yo decido, me las hago bien de escena final. La última temporada terminó por ahí de julio en una playa de Veracruz e inicio un ciclo más, aunque en general, este 2023 ha sido un año lleno de capítulos buenísimos e interesantísimos que me han cuestionado la vida entera y también me ha dado lo mejor de lo mejor, este año he viajado más que en otros años, he tenido tantas conversaciones, he tomado tantas fotos, he registrado momentos que elevan el valor de mi vida y para ir cerrando este choro gigantesco de lo importante que es entender que así como pasan momentos trágicos y que fisicamente piensas que es imposible salir de estos, saldrás, créeme, saldrás, y así como hay momentos TOP OF THE ROCK, más GRANDES QUE LA VIDA, así hay días de flojera total y está bien y es bonito, solo tu lo decides.

Hay días que veo mis fotos de hace unos meses o de estas fechas el año pasado y solo digo: «es que esa ya no soy yo» y yo necesito reconocerme siempre.

Al final, lo que quiero decir es que hagan cosas, digan sí a las experiencias, salgan a caminar por otras calles, acepten las invitaciones, busquen eventos, métanse a esas clases que siempre habían querido, empiecen ese hobbie que les ha hecho ojitos desde hace un ratote, ponte ese ouffit para ese «lunes encerrada en la oficina» y cuando activas todo eso que siempre dejas pasar porque «que flojera» «para qué si solo yo lo voy a ver», «mejor no voy», cosas maravillosas para pasan y entonces cada capítulo es un capítulo de la vida de alguien que quieres ver y yo muero de ganas por ver cada uno de los míos, por eso me emociona hacerme vieja, quiero saber qué más sigue! quiero más!

Cuénteme sus inicios y finales de temporada, cuéntenme a quién han decido aventar por las escaleras mientras rían maléficamente, cuéntenme cómo se llamaría la playlist y qué canciones llevará, cómo quieres que cambien tus atuendos, el cielo es el límite, literal eres el autor de cada día que vives, así sea el episodio más aburrido que criticaste por no tener sentido o el día más increíble que acabó con el atardecer más amarilloso que tenía naranjas con rosas.

Besos de coneja.

La emoción de explorar.

¿Y si exploramos el amor de otra manera?

Mi primer «novio» lo tuve a los 11 años, iba en 5to de primaria y él en 2do de secundaria, fue mi primer beso, mi primer acercamiento a un cortejo, a la conquista, a las cosquillas en la panza cada vez que sonaba el teléfono de la casa de mis padres o veía pasar al susodicho y una vez que empecé y probé las mieles del deseo y el placer no hubo vuelta atrás.

Sí, fui una niña muy precoz.

Fui muy noviera, dejaba a uno para andar con otro y así sucesivamente, -casi todos celosos y posesivos, pésima combinación para una coqueta extrovertida- me volví adicta a la emoción de las primeras veces, el primer beso, las primeras manoseadas, las primeras citas, esos primeros mensajes de «¿dónde andas? paso por ti», y una vez que se iban desgastando esas primeras emociones, también me desgastaba yo y me iba.

He tenido grandes amores con sus respectivas grandes relaciones, amores que he sentido por más de 6 meses, más de 1 año, vaya, algunos han durado más de 10 ó 20 años que sin estar juntos, se han quedado impregnados. Amores de los que solo me queda el recuerdo del mucho sentimiento, ¿ya saben cuál? ese que te llena de lágrimas los ojos de solo pensar en su sonrisa, ese que te hace sentir que caminas sobre nubes, ese sentimiento que no te permite visualizar tu vida sin esa persona.

Hoy vengo a decirles que renuncio a las relaciones formales, renuncio a volver a tener pareja, a tener novio, a presentarle a alguien a mi familia, renuncio a las relaciones preestablecidas.

Y aquí viene la mejor parte:

Quiero amar en libertad, quiero estar enamorada sin negociaciones, sin complejos, sin carga emocional del otre que no me corresponde solucionar ni cargar ni cuidar, porque no vine a maternar a nadie.

Decir en voz alta que no quiero volver a estar en una relación, se ha convertido en un tema de debate al cuál todos reaccionan como si estuviera diciendo que me voy a volver monja célibe con voto de confinamiento y me doy cuenta que ambos conceptos van tan relacionados como pensar en las mujeres y la maternidad.

Conejitxs, no puedo dejar de enamorarme, es imposible, no lo puedo evitar, sentir admiración, gusto, emoción, ansias por alguien, no dejaré de sentirlo, solo que ahora me cuestiono si todo eso puede ser en libertad y de más de una sola persona; lo que sí puedo evitar y me es posible es dejar ir, es lo que me aprieta, lo me que posee, lo que me agobia, nunca me ha costado trabajo decir «no», ahora mis límites son muchos más claros.

No quiero estar por cumplir, no quiero llenar las expectativas de nadie, no quiero mandar o responder whatsapps como prueba letal de amor, no quiero hacer planes que incluyan futuros lejanos o tan inmediatos como organizar ir al súper a cumplir la lista de la despensa (no que el súper no sea una buena idea para una date), quiero que los únicos cuestionamientos sean: ¿tu casa o la mía? ¿drinks y luego pijamada? ¿roadtrip a la playa o turistas en la ciudad? Y tal vez para muchxs esto sea falta de compromiso, de responsabilidad, exceso de egocentrismo y egoísmo puro, y ¿saben qué? SÍ, pero es mi vida ¿quién me va a dictar las reglas sobre los juegos que yo juego?

Desde que terminé mi última relación, me he permitido observar cómo me relaciono con las personas con quienes tengo «algo». Mis «algo« son puros, son reales, nos buscamos porque buscamos estar juntxs, pasar momentos con esa persona por querer hacerlo y no por necesidad, no por soledad, no para ver hacia donde van ese conjunto de citas continuas, solo estamos disfrutando el momento, el famoso «aquí y ahora» y eso, conejitxs es la mitad de la ansiedad que se siente en la búsqueda constante de una pareja o del amor que hace que muchas personas tomen decisiones apresuradas, tóxicas, complejas, desordenadas, etc etc etc. Quiero que estar con alguien, sea eso: estar y no pertenecer.

Lo que siento por mis «algos« viene de un lugar donde no hay carencia, no hay necesidad, no hay peticiones por cumplir, demostrar y no hay medidas del amor que uno tiene por el otre. Viene de un lugar de conexión, de química, de admiración, de amar escuchar sus historias, de apreciar saber cómo se comparten conmigo y cómo yo encuentro maneras de compartirme especialmente con cada unx.

Justo ahí, apreciando completamente mis «algos» es que tampoco me interesa salir a tomar café con alguien nuevo (aparte, aunque amo el café, llévenme por algo más heavy, nomanen no tengo 16 años), no estoy interesada en conocer a gente nueva de esa manera porque no estoy buscando amor, no estoy buscando pareja, ni que me convenzan de que son un gran partido, especialmente porque no me interesa tu Curriculum de vida, si conectamos, conectamos, punto.

Todo esto se los cuento porque ha estado en mi cabecita, porque después de coleccionar novios, ahora quiero coleccionar experiencias con todxs. con lxs rarxs, con lxs underdogs, con lxs misfits, con lxs rebeldes, con otros que tampoco pertenecen a los cánones de cualquier institución, no estoy para nadie que no me vuelva loca.

Ya para cerrar la chismita sobre las relaciones y el amor en libertad, también hay quienes son más felices, floren, brillan más y los completa otra persona y está bien, esto no es una crítica a las relaciones sino un punto de vista de alguien que al igual que la maternidad, la dudó, la cuestionó y decidió que no cabía en esa caja.

Lo que sí, y eso se tiene que respetar, es poner las reglas claras, dejar bien puestos los límites, aunque solo sean unos besos cada que se ven o los típicos mensajes de texto diarios de todo el día, digan qué quieren, que no quieren, lo que les acomoda y lo que no, acepten las condiciones y sino, aléjense, el que avisa no es traidor, es parte de ser responsables con unx mismx y con la otra persona.

Ahora les toca a ustedes, cuéntenme que piensan, qué sienten, cómo están con sus situationships (los nuevos amigos con derecho pero con responsabilidad afectiva), con sus vinculitos, con sus vinculotes, ¿cuál es su lectura sobre las nuevas relaciones, sobre el amor, sobre ser adulto y que tu vida romántica no sea nada parecido a la de tus padres o vaya, a la de la mayoría de tus amigues?

Voy a dejar unas fotos ilustradoras que apenas me tomaron y que no tiene nada que ver con esto pero salgo bien perris y es parte de la nueva temporada de MarianaConeja soltera, espero que este post y las fotos lo lean y vean con «Flowers» de Miley Cyrus porque si este post tuviera soundtrack sería con esa rola.

Gracias a Gadiel Flores por las increíbles fotos: http://gadielflores.com/

y gracias a Casa Galgo Cholula por prestarnos su airbnb para las fotos.https://www.instagram.com/casagalgocholula/

Significado Sensorial

¿Ustedes saben qué les hizo feliz en 2010? ¿Qué marcó su vida en el 2014? ¿Qué se propusieron en el 2017 que sí se cumplieron (o no)? ¿Fue en 2021 que cambió su vida entera?

Si la respuesta fue «SÍ»:

¡FELICIDADES!

Para mi, son unas grandes personas que llevan registros de sus logros y fracasos, viajes, estudios, etc de cada año.

Si la respuesta fue «NO»:

Son de los míos. Yo recuerdo temporadas, pero no los años, si hace 1 ó 2 años hizo mucho calor en abril o si el invierno llegó muy tarde hace 5 años, hasta si la temporada de lluvia fue inusual hace 6 meses, especialmente porque mis días se van construyendo por los atuendos que decido ponerme y esos dependen muchísimas veces del clima.

He platicado con muchas personas cercanas que tienen el registro casi exacto de cuando empezaron a estudiar la maestría, de cuando lograron irse a vivir a esa ciudad que tanto querían, el año más deprimente y qué meses fueron los peores y yo, a pesar de llevar ciertos registros fotográficos como Instagram o pequeñas descripciones en la parte de atrás del libro en turno, nunca sé que me paso en qué año, de hecho, creo que después del 2003 cada año es borroso, y en parte creo que es porque realmente nunca me fijé metas, ni objetivos, ni hitos, solo los iba viviendo así como venían, no muy capricornio de mi parte.

Este diciembre 2022, es la primera vez que repaso el último año y medio de mi vida porque ha sido uno de los más difíciles, -tacha eso-, EL MÁS DIFÍCIL. (y es que la vida tiene un antes y un después del 13 de junio del 2021).

Se acabó otro año, como cada año con sus 12 meses y mi lista de propósitos para el 2023 lleva UN propósito, el primero:

«Tener el refri y la alacena llena».

Ese propósito no solo representa la materialidad de una situación financiera estable sino que además, hablará de mis hábitos alimenticios, de mis gustos, de mis monchis nocturnos, de poder montar sobre un platón unas carnes frías con quesos y un vino o varios para acompañar con las visitas. Dice muchas cosas y me urge decirlas.

Sé que en 2019 fue la última vez que fuí a la playa hasta este 2022 que pude ir dos veces, aquella vez fue hermosamente catastrófico, fue una experiencia que llegamos a contar con todo el dramatismo digno de una actriz en escena.

Sé que fue en el 2017 que entré a Monstruo Canela antes de un gran temblor y que también fue el año que las corté con una amiga por diferencias irreconciliables, en el 2020 tuve la segunda ruptura amistosa más horrible del mundo, también recuerdo esa noche.

Y así un par de cosas más en la década de los 10´s y en esta de los 20´s que llevamos 2 años, perdí a Ani y con ella muchas sonrisas, también terminé una relación de 6 años que se había vuelto mi familia y es que sin estas dos personas que tanto me eran referente a la construcción constante de mi persona, llegó un punto donde me era necesario volverme a ver al espejo y reconocerme por mi misma porque ya no me sabía nada.

2022 fue el año que volví a vivir sola, a tener un espacio únicamente para mi y mis perris, volví a hacer todo yo sola, a ir a eventos, fiestas o reuniones yo sola, salir a comer sola, cada decisión es mía y para mi, nadie más depende de eso.

2022 fue el año que me puse objetivos profesionales más claros: ¿Cuántos clientes necesitamos tener para generar utilidades? ¿Cada cuánto es necesario tomar capacitaciones? ¿Qué es y cómo ser empresaria? ¿Cuáles son nuestras estadísticas de resultados? ¿Sobre qué nos estamos midiendo? ¿Cuánto más puede crecer el equipo? ¿Cuántas propuestas comerciales tengo que generar durante la semana para lograr una conversión de por lo menos el 50%? y así y así y así…

El año pasado llovió todo junio, julio, agosto y septiembre, lo recuerdo perfecto porque fue como si el cielo llorara conmigo todos los días, no me gusta llorar, sigo pensando que pierdo tiempo al hacerlo (ahora sí, muy capricornia) pero es que el 2021 pensé que nunca dejaría de hacerlo y el clima no ayudaba na di ta.

El año de pandemia empezó el calor desde marzo, estábamos encerrados pero yo habitaba una casa con el mejor jardín y desde el primer finde oficial de cuarentena lo inauguramos y no paramos de utilizarlo hasta que llegaron las lluvias de septiembre.

Este año, hizo mucho calor toda la primavera, la casita a la que me mudé fue un pequeño hornito que se mantenía prendido todo el día y empecé a usar otro jardín, ahora sola. Este calor duró hasta noviembre y el frío hasta apenas se empezó a asomar por lo que vestirme en las mañanas ha sido un reto solo porque nunca sé que ponerme para no pasarla terrible con la temperatura.

Este año fui a Cancún un ratito y un ratitito me escapé, también me escapé a un fin de semana perfecto en Acapulco el cual fue un gran experimento social, este año comí más chiles en nogada que nunca, mis papás nos asustaron, los abuelos también, pero ellos cada año lo hacen.

Y literal, tuve que ir a mi celular a recapitular mi año:

2022
Nos mudamos de oficina monstruosa.
Me regalé plantas de regalo de cumpleaños y me planeé todo el día.
Con mi hermosa Dementa organicé una Cena Canábica Sensorial para el 14 de febrero.
Empezando la primavera, nos fuimos en familia a una casa con alberca y aprovechamos a comer caracoles y langostas cerca de Atlixco.
Fui parte del Equipo de liderazgo de BNI 2 veces.
Decoranos la Ofi para darle nuestro toque y hacer una gran fiesta de inauguración.
Fui a 2 conciertos.
Fui a comer a Tlaxcala, manejé hasta allá y platiqué un ratote con una amiga de otra vida.
Regrese a correr e hicimos en familia 5k.
Me invitaron a conducir eventos y descubrí que amo estar frente a las personas contándoles cosas (super raro, porque cero histriónica (sarcasmo))
Fui de invitada a participar en 2 podcasts.
Fui al beis con los monstris.
Hice pijamada con una amiga en casa y desayunamos tamales canarios y canábicos hechos por ella.
Me llené de más plantas.
Fui a Orizaba con mi mamá, hermana y sobri.
Me compré un sillón verde (mi segundo mueble ever comprado por mi)
A la casa a la que me mudé tuve ratones y me dormía con música para no escuchar en la noche sus movimientos.
Hice un tour de cantinas poblanas con un monterrelleno.
Me hicieron 3 sesiones de fotos.
Fui a un viñedo en Calpán.
Y me corte el pelo después de año y medio de no cortarlo.

Uffff gracia fotos, gracias libretas para escribir, gracias blog por ayudarme a historiar los años de mi vida, prometo no volver a olvidar qué tanto me pasó en qué año.

Si quieren chismear que más voy a hacer el próximo año, quédense aquí o no y vayan a hacer otras cosas más divertidas e invítenme, propónganme, mándenme links de cosas divertidas, etc etc que quiero seguir haciendo de todo porque por eso escogí la libertad de ser yo.

Gracias por todo 2022, te quedan las últimas dos semanas, sigue boni como hasta ahorita.

Real People Repeat Ropa

La gente real repite ropa es un registro que llevo en Instagram y un statement donde en voz alta digo: ALV voy a repetir ropa y outfits porque no soy hija de petrolera e ir de shopping diario no está dentro de mis prioridades (ojo, dije, prioridades no cosas que amaría hacer).

Cuando era niña y en la escuela nos dejaban ir de «ropa de calle», siempre le pedía a mi mamá que me comprara algo, lo que fuera, unos jeans, unos pantalones, shorts, falda o vestido o ya de a perdis una blusilla, a veces tenía suerte e íbamos de compras, otras como cualquier mamá on a budget me mandaba a volar y yo así de: maaaaaa, me van a ver lo mismo, no lo entiendes? me van a criticaaaaaar.

Creo que fue por ahí donde empecé a soltar eso del «qué dirán» que solo hace perder el tiempo y ponerte más paranóica como si la ansiedad diaria de querer «pertenecer» no fuera suficiente.

Total, que fui creciendo, fue aprendiendo a trabajar, a ganar mi dinero y a gastármelo, pero de alguna manera por muuuucho que me ha encantado siempre la moda, gastar gran parte de un salario en ropa tampoco era algo que me quitara el sueño, prefería gastarlo en salidas con amigos y el típico «deja, yo invito», porqué el dinero me gusta más compartido, aunque claro que me tengo que dar mis gustitos y mis recompensas.

Real People Repite Ropa atañe a varias ideas:

-Tooodooos repetimos ropa, es lo maaaas normal, que hueva el «ya me lo vieron», pos sí mana, hasta Kate Middleton y Michelle Obama lo hacen, qué te hace pensar que salir de compras todos los días te hará ver más sofisticada o pudiente o con estilo.

-Hacer compras más «consientes» y por consientes no me refiero a que te limites, si te encantó ese vestido, cómpratelo, te vas a arrepentir sino, peeeeero es UN vestido, no 5 que solo van a esperar «a una ocasión especial» y bueno, con el confinamiento aprendimos a arreglarnos para ir a la sala y al comedor y a la recámara y a la cocina.

-Dentro de las compras «consientes», por lo regla general solo compro en rebajas o ropa con descuento. No soy coda, pero el estilo se lo pongo yo, no el precio y tampoco veo la necesidad de llenarme de chingos de ropa, si en mi cabecita, en pinterest, en instagram está toda la inspo y creatividad que necesito para -ooootra vez- ponerse esa tshirt favorita.

-Cuando llego a comprar algo sin rebaja es una compra muy pensada y casi casi que hasta ahorré para poder comprármelo, me sabe igual de sabroso que algo que me costó $100, sé que me voy a ver fabulosa (sí sí yo solita me invento cosas).

-Todas compramos fast fashion porqué es para lo que nos alcanza, ¿hace mucho daño? Sí, ¿también es lo más accesible de comprar? Sí, ¿Es cierto que si la cuidas te dura más de 1 mes? Sí. Tengo ropa de hace más de 10 años que me sigo poniendo como si nada, cambiemos la idea de que todo es desechable y démosle el valor a nuestras prendas, utilizándolas de miles de maneras, les juro que siempre hay un outfit más que pueden sacarle a esa falda oooootra vez.

-Toda mi ropa vive y estoy segura que la de ustedes también, tiene sentimientos y nos extraña cuando la dejamos de usar, vamos, hazles fiesta, úsalas, regálalas, truequéalas, véndelas, pero no dejes que mueran tan fácil, vamos a intentar darle vuelta al consumismo masivos al que tanto estamos acostumbrados.

-Por eso SOLO cómprense ropa que les encante, que les mame, que cuando se la probaron se sintieron diosas, para que sí la usen y un chingo y cada vez que se la pongan caminen rompiendo plaza, llegando a levantar el evento, compermisa.

-Como sociedad somos rechistosos, hay de tres:

O te van a criticar y hablar de ti ó ni te van a pelar, ni se van a acordar de lo que llevabas puesto ooooo vas hacer lo que se te de la gana y eso, a veces, es lo que recuerda la gente.

¿Cuéntenme cuál es la prenda con la que su mamá dice que parecen retrato? Yo mientras les dejo fotos donde claramente repito un chingo mi ropa y saben qué? me valeeeeee.

Besos de Coneja!

Pd. Pueden utilizar el #realpeoplerepiteropa como gusten 😉

Un deseo lúdico de imitación

Un día se puso de moda «ser señora» y por ahí, me di cuenta que yo ya era una.

En el post pasado, hablaba que era una «adultish», que no terminaba de crecer, ni de ser una persona tan adultamente responsable pero eso sí, tenía ya casi lo era, pequeñas nimiedades que me mantiene con un poco de Peter Pan, pero hay algo innegable, ya soy una señora, mis 35 años no me dejan mentir.

Pero no solo yo, de repente una generación evocó el serlo, en convertirse en una y no solamente eso, sino básicamente, convertirte en tu madre.

¿Mi teoría? Antes, nuestras mamás, abuelas, suegras, tías y demás, se casaban (mucho más jóvenes) y casi luego luego, tenían hijos y ahí inmediatamente perdían la juventud y se convertían en señoras, aprendían a cocinar, se sabían los secretos de las plantas, conocían todos los remedios, vaya Pinterest les tendría envidia con todos los hacks y DIY que todas nuestras señoras saben hacer. Pero oh, la juventud, si bien viene con la edad, también es un trampa. Te dicen que puedes hacer todo, que te puedes comer el mundo de un bocado, que viajes, eches fiesta, que te desveles hasta altas horas de la madrugada, que te cuides pero no tanto, ya vendrán los años para tener que hacerlo por ti. Pero nada le gana a la sabiduría, a la voz de la razón, a la misma vida vivida, a eso que ya casi nadie te puede venir a contar porque ya lo aprendiste y eso, está mejor.

Siempre he marchado al son de mi propio ritmo, he hecho las cosas al revés, a mis tiempos, unas completas y otras sin terminar para siempre, la madurez no me llegó sabiendo hacer arroz, ni sabiendo las bondades del vinagre para usos domésticos, sino haciendo lo que se me da la gana, no siempre he triunfado pero hoy por hoy te puedo decir: «hazme caso, ya me pasó…» Y es que nadie aprende en cabeza ajena porque sabes que tienes que vivirlo para llegar a ser señora.

Ser señora -o señor, porque también aplica en los hombres- es encontrar una manta de seguridad en todas las cosas que tu madre -o padre- hacían y los veías como estas personas grandiosas que saben tanto y que te faltaba demasiado para llegar ahí, es un forma de tejernos un hogar para nosotros mismos.

Justo en esta cuarentena -ya platicaremos de este tema- lavar los trastes se ha vuelto una cosa de todos los días porque odiamos ver la cocina tirada, encontrarte entre semana o el fin de semana haciendo el jardín, buscando quitarle hojas secas a las plantas, sacando piecitos de una para darle paso a otras para crecer, regar muy temprano o cuando baje el sol porque sino quemas el pasto, remendar botones u hoyitos que tiene tu ropa, querer ir al mercado el domingo a comprar fruta, verdura, queso y flores, son cosas que les aprendí a mis padres cuando ellos ya eran señores, y seguro me faltan muchas muchas más por hacer y aprender. Y sé que suena a básicos de supervivencia, pero no se crean se necesita talento para escoger aguacates.

Cuando me casé, tenía 28 años y cuando escuchaba que me decían «señora» me daba una punzada en la panza, como si se me estuviera escurriendo los años y obvio con cero skills para serlo, siempre contestaba: «Señora, mi suegra y mi mamá» y ahora, aunque todavía siento la edad que se me viene encima, me gusta poseerme como una mujer más completa. que sabe un poco más, y sobre todo lo que quiere y lo que no.

¿Ustedes? ¿Les llegó la señitud desde antes? ¿O todavía les cuelga mucho para eso? Cuéntenme como ha sido su proceso.

Mientras, les dejo fotos de cachitos de mi casa que me hacen sentir señora que cuida sus espacios y sus plantas.

Maceta forrada con tela de vestido fav.
El libro que leo a las 6 am que me despierto and in between hours con una bebida refrescante en mi jardín. ¿Qué tal este nivel desbloqueado de señora?
La nueva versión del trinchador gigantesco que tiene la abuela.
Mi cocina.

Besos de coneja.

Criaturas en Virtud

Desde que era niña me veía de adulta, me veía viviendo sola, ganando de mi dinero (mucho, obvio) llegando a mi depa luego de bailar por horas en el antro de moda, con un closet gigante y lo más importante: que nadie me dijera nada al respecto.

Tengo 35 y la adultez me está llegando un poco de sorpresa un poco con monotonía y ustedes dirán: ¡morra, 35 años, divorciada y ya vives y compartes gastos con tu novio, ya te tardaste! Y sí, la verdad es que esto de las responsabilidades que llegan con la edad no más no me termina de gustar y bueno, de gustarle a nadie, pero aún no sé como va del todo. Veo a varios amigos, casados, con hijos, mujeres que siempre supieron que quieran ser de grande, es más, lxs veía y decía: «es una señorcita» «es un señorcito» atrapado en el cuerpo de alguien de 20 y tantos (sí, ustedes también pensaron en alguien en particular), tiene todo su shit together, sabe a dónde va, tiene metas y seguro hasta hace sus citas con el doctor por sí mismo y no espera a que mamá las hago por él o ella.

Me casé a los 28 y fue un momento de mi vida donde por fin vivía fuera de casa de mis padres, ahora sí tenía mi casa y saben qué? ser ama de casa tampoco entraba en mi definición de ser adulta casada, no más no se me daba y tampoco ayudaba que estaba en una época de mi vida que no tenía ni idea de qué hacer, ni a qué quería dedicarme (acabábamos de cerrar el rabbit hole) y me sentía más perdida y desanimada que nunca.

Para mis 31 ya estaba divorciada y ahora sí vivía sola, las noches sabían diferente, los fines de semana eran una fiesta, las mañanas solitarias eran una bendición. Echaba fiesta hasta altas horas, trabajaba de maestra de kinder y a veces llegaba en vivo, empecé a pagar todo yo: la luz, el gas, el super, el transporte, ropa, alcohol, todo yo y gracias a mi madre no pagaba renta y ahí dije: aaaay weeeey, sí puedo.

Ahora que tengo 35 y vivo con mi pareja, 3 perros y 1 gata, las responsabilidades van creciendo aún más. Antes veía a mis papás que tenían que pagar algo que dejaba de funcionar en casa y cuando eso ya estaba arreglado, otro desperfecto salía y cuando ya todo en casa estaba bien, llegaba navidad y había que hacer chingos de gastos nuevamente y pensaba: que vergas, esto nunca se acaba y qué creen? es cierto.

Ser adulto es un sin fin de quehaceres día a día, ¿pesa? sí, mucho, ¿regresaría a ser niña? no, jamás. Hay un dejo de diversión en ser adulta y a veces hasta me siento aliviada, de pequeña no sabía qué era la ansiedad y solo me sentía diferente, con la edad he aprendido un chingo de cosas de mi misma, he ido tomando acción y responsabilidad en mi vida que no me había permitido antes por miedo a crecer (aunque no me importa la edad, los números no mienten).

Aunque aun soy muy irresponsable para varias cosas, siempre les cuento que en el refri solo hay 1 cebolla y en la alacena solo hay condimentos, no tengo seguro de vida, ni tarjetas de crédito y no me he desparacitado en años, he llegado a un lugar de mi vida que ya no solo imagino las cosas sino las hago y no solo salir de fiesta, tengo mi lista de lugares y cosas que quiero hacer y que sé que solo yo me lo puedo dar y me lo dará nadie más porque cuando eres adulta las cosas pueden ser realidad y no solo una fantasía de veinteañera. Una vez me dijeron: «Ser adulto es abusar de nuestro propio poder autodestructivo» y creo que básicamente eso resume el hecho de que tomar desiciones y hacernos responsables de ellas es, básicamente todo este pedo, ahí es donde siento que tal vez ser adulto ni siquiera viene con la edad.

¿Ustedes cómo van con ser adulto y todas esas cosas que dan miedo?

Pd. La foto que escogí para ilustrar este post, tiene mi jardín y a Chalupa, por qué a mi me dijo mi mamá: cuando seas grande y tengas tu casa puedes tener todos los perros que quieras y bueno… llevo 3 y una gata.

Besos de coneja.

Sémola, Cervecería Cholula y Tate Gourmet

Quiero empezar diciendo que: Ahora sí me la mame con mi blog.

In the back of my mind, sabía que había dejado de escribir desde hace un buen, pero no hacía que «hace un buen» era casi un año, la fragilidad de imaginarnos el tiempo…

Pero bueno, las ganas de seguir escribiendo, están. Tengo muchos temas en la cabeza y hoy me atañe uno de los favoritos: COMER.

Para los que me preguntan qué comer en Cholula, hoy les dejo 3 recomendaciones:

-Una para desayunar, comer o cenar y comprar pan: Sémola

-Una para ir a comer o cenar y tomar muuuucha cerveza: Cervecería Cholula.

-Una para ir a cenar, tomar vino y echar plática larga mientras te columpias en sus sillas: Tate Gourmet.

Sémola

En la 4 poniente #125 de San Andrés Cholula se encuentra esta panadería/cafetería/cocina de la región donde puedes ir a trabajar, echar café o llenar el vacío de la panza que traes.

Vero nos recomendó este lugar porque se ha convertido en uno de sus favs y cuando lo conocí, me lleve muy buena sorpresa. El lugar es lindísimo, tiene detalles super chulos y aunque nosotras fuimos a cenar, me cuentan que el desayuno le gana sin problemas, no que sea una competencia.

Hummus de ayocotes con nuez de la India.
Baguette de jamón serrano y jitomates deshidratados.
Tosta de melon asado y jamón serrano.
Detalles.
Detalles.
Detalles.
La Panadería.
Sémola.

CERVECERÍA CHOLULA

Una cervecería cervecería cervecería en serio, en la 13 oriente #412 no se toman las cosas a la mitad y ahí puedes desde conocer el proceso, sentarte a comer y hasta echarte al pasto a ver el cielo cuando te de el mal del puerco.

Esta cervecería la conocimos en la inauguración con chingos de gente, filas enormes para probar la cerveza y mucha música, pero en un fin de semana caminero, pasamos a comer ahí y ahora sí con calma pudimos probar las cervezas y maridarlas con la comida que tienen.

Sus chelitas.
Tacos de cecina y picaña.
Camarones con tocino.
Detalles.
Detalles.
Detalles.
Detalles.
Detalles.

TATE GOURMET

For the sake de empezar a hablar de las burrunacas, les vamos a llamar «emparedados». Estos emparedados estoy segura que ya los han visto en varios festivales, bazares y mercadillos que se organizan en Cholula pero aparte de ir, tienen local en San Andrés en la 12 oriente #210 donde puedes ir a cenar delicioso unos emparedados que se llaman burrunacas y ahora verán cómo están compuestos.

Así se compone una burrunaca, con pan rojo de betabel, butifarra de conejo o pato o cerdo, etc etc.
Esta es mi butufarra de pato.
Moy se pidió su cerveza artesanal porter de siempre y yo un vinito tinto de la casa.
Papas preparadas, más deliciosas de lo que te imaginas.
Comida ibérica mexicana.
Detalles.

Con estos 3 lugares tienen para todo un fin en mi bello pueblo mágico. Recuerden consumir local, conocer cocinas que experimenten más con productos endémicos, hechos artesanalmente y que se preocupen por darnos experiencias gastronómicas completas, no se queden a la mitad de lo que podría ser una gran recomendación.

Cuando vayan, me cuenta que tal y si van, compártanlo para que más personas conozcan estos lugares y apoyemos proyectos de la ciudad.

Besos de coneja!

Road trip Veracruzano

¡Conejitxs!

En un post pasado les contaba que el año pasado había sido mi primer aniversario en Monstruo Canela y ¿saben qué significa eso aparte de la gran palmada que dice atta girl?

V A C A C I O N E S

Moy y yo estuvimos aplazándolas mucho, decidiendo lugares, que si road trip largo, que si uno más corto, que si Oaxaca, que si Veracruz, que si 3 días, que si una semana hasta que no podíamos esperar más y teníamos que tomar una decisión, sino, se me iban a juntar con las de este año y pues qué chiste, aparte coincidía en las fechas de aniversario de andar de noviecitos.

Al final ganó Veracruz, por cercanía, por puritito gusto y porque justo a los lugares que habíamos escogido ni Moy ni yo conocíamos: San Rafael, en la Barra de Nautla y una playa que se llama «La Mancha» y que es parte de una reserva ecológica, la cual, afortunadamente la cachamos sola y con el mínimo de turistas.

Primero, mis ganas de quedarme en http://www.maison-couturier.com/, una «pensión agricola» afrancesada que no tiene cuarto de madre, así que Moy y yo hicimos un deal with each other y le tocó invitar el hotel, no saben lo feliz que estaba, tenía años que veía su sitio web y fotos con la ilusión de un día poder quedarme ahí y sabía lo loca que me volvería tomando fotos.

Como fuimos entre semanas, el hotel estaba prácticamente para nosotros solos- aunque aquí empezó el drama de las vacaciones- el lugar está increíble, lleno de verde, de historias, de rincones con detalles precisos.

La comida sí nos quedó a deber, sus porciones son para alguien que nunca tiene hambre y un poco overprice para lo que es, aunque el restaurante es una belleza, llegas a desayunar y no te puedes decidir donde sentarte porque cada espacio es hermoso.

Tienen bicicletas que puedes tomar para recorrer el pueblo de San Rafael famoso por su historia francesa, quesos gourmet y licores de frutas o quedarte y pasear por las hectáreas de árboles frutales y con lo miedosa que soy para andar en bici, decidimos por los plantíos -¡qué belleza!.

Saliendo del hotel, manejamos 2 horas hacia el puerto para llegar a la otra playa. Rentamos un Airbnb que estaba sobre una colina a la que llegabas por un camino de arena y palmeras desde la cual podías ver el mar desde la cama.

Cuando llegamos aquí pasamos el mayor tiempo que pudimos en la playa porque a estas alturas ya nos habíamos peleado con el banco por hacernos cargos dobles en el primer hotel, cosa que no quedaba resuelta y el efectivo se nos estaba agotando. En la desesperación nos limitamos a la comida y a las chelas y ¿saben qué significa eso en las vacaciones? ¡Ufffff podías cortar la tensión con un cuchillo!

Tuvimos varios problemas técnicos para poder llegar a casa, que si no podíamos cargar gasolina porque se fue la luz en la zona, que no podíamos pagar las casetas con tarjeta, moríamos de hambre, se acababa la gasolina otra vez, ya no teníamos efectivo…. Las 5 horas más silenciosas de un road trip ever. Por fin llegamos a casa cerca de las 11 pm, muertos de hambre, decepcionados, enojados, etc… Al final -al final, final- lo tomamos como otra experiencia que vivimos juntos, que cuando la contamos les da risa a los demás y nosotros solo nos volteamos a ver como: Ps ya, que nos de risa.

Cuando empezamos a andar, nuestras primeras vacaciones juntos fue una semana a la Riviera Nayarita y fue perfecta, no teníamos ningún plan, íbamos de playa en playa, cada momento fue inolvidable, asumimos que siendo nosotros, este sería igual y no. A veces -muchas veces- las cosas simplemente no saldrán perfectas porque pues such is life, aunque a veces la vida misma te lo compense más adelante.

Aún así, tenemos fotos de recuerdos casiperfectos, ¿a ustedes les ha pasado tener vacaciones from hell? Cuéntenme sus experiencias.

Besos de coneja.

3 lugares en Cholula para comelones

¡Conejitxs!

Este post recopila 3 lugares muy diferentes entre sí pero que todos curan cualquier mal de hambre con un regalo extra: son deliciosos.

La Choripanes

En un ambiente rústico, al aire libre, mesas de madera reciclada y una decoración con botellas de vino, flores y líneas de focos, da la sensación de un lugar sin pretensiones pero con mucho sabor.

La carta varía entre pepitos de arracheras, choripanes sencillos o choripanes especiales, empanadas con un chimichurri para acompañar que que delicia, obvio también tienen cerveza y vino para acompañar ese sabor argentino que caracterizan estos lugares.

No es caro, tiene un horario de lunes a sábado de 1 pm a 11 pm, está en Atzala, lo cual es muy conveniente porque suele ser una calle tranquila, con lugar para estacionar siempre.

La Aldaba

Para los que disfrutan de la comida española tipo casera pero definitivamente gourmet, seguramente conocen primera «La Aldaba» muy cerca del Parque España, pues ahora viene la nueva generación y llegó a Cholula para quedarse.

La atención es super amena, el mejor remix de una torta hecha con ingredientes de sabores españoles, el agua de tamarindo más fresca y una tarta de Santiago que se ve -porque no la he probado- deliciosa, forman parte de este lugarcito que te definitivamente sacian el hambre y el antojo.

La decoración se luce con las paredes blancas, detalles en madera y recuerdos de diferentes momentos adornan las paredes de nuestra nueva tortería favorita.

No son las tortas más baratas del condado, pero valen cada peso, eso sí. Frente a lo que era Casa Nueve, La Aldaba estoy segura que se posicionará como las favoritas de todos, aparte si vives o trabajas cerca, te hacen el paro de llevártelas.

Atracadero

Por último, pero no menos importante hacen su aparición los mariscos. Un fin de semana casi siempre lleva una buena dotación de camarones para nosotros, no hay como ir por unos, una chelita al lado y un lugar sabroso donde podamos estar a gusto crudeando y para nosotros es: El Atracadero.

Tal cuál así lo conocimos (gracias Fer), en el último sábado del 2018 mientras nos recuperábamos de una fiesta, con su promoción de tacos de camarón más chela, nos enamoró por completo. Ahora ya es de nuestros lugares favoritos para ir por un caldo de camarón o una torre de mariscos.

Así que si andabas por San Pedro Cholula y ya no aguantas más con el antojo, tienes que pasar por aquí y háganse un favor, pidan el arroz, se les va a caer la baba.

Ahora que ya los antojé, ¿a cuál van a ir primero? obvio me cuentan.

Besos de coneja.

Un trip a Huasca de Ocampo y Real del Monte

¡Conejitxs!

Tengo un trip que contarles antes de que les cuente el otro tip que acabamos de hacer.

Por mucho tiempo me daban como repele los famosos «tours turísticos», mi idea de viajar, turistear o conocer nuevas ciudades, se centra en que no querer seguir indicaciones, no ir solo a los lugares para turistas e inclusive hasta perderme, siempre con ganas de conocer algo más.

Recientemente, mi mamá me invitó a uno de esos tours donde te reúnes en el Parque Juarez a las 3 am para salir y yo medio renuente dije que sí -también era una buena oportunidad para hangear con mi madre-. El trip con destino a Pachuca, en particular a los Prismas Basálticos y a Real del Monte, fue un pequeño respiro de la ciudad, de los domingos habituales y de paso descubrir lugares nuevos, sentir la sinergía del agua con las piedras, buscar duendes escondidos y caminar por calles de un pueblo mágico que se mezclan con tradiciones inglesas -ahora les cuento porqué-.

Muy tempranito (8 am) estábamos llegando a los Prismas Basálticos, bajamos del camión, caminamos hacia ellos y de repente los ojos se me hicieron más grandes y yo me hice más chiquita al conocer por primera vez esta maravilla de la naturaleza. No podía creer que todo existiera por capricho de lo que fuera un volcán, el agua, las piedras y la energía. Fue impresionante sentir toda la fuerza que contienen los Prismas Basálticos, podías sentir todo tu cuerpo impresionado de lo que veíamos y sentíamos.

Después de desayunar ahí, la siguiente parada del tour era prácticamente a la vuelta: La Hacienda de Santa María Regla y wow, aunque es hermosa, grandiosa y un hito en la historia de Pachuca, chale, es la parte que en la clase de historia no te cuentan. Resulta que el que la construyó: Don Pedro Romero de Terreros construida entre 1760 y 1780 utilizó a todo mexicano que pudo para construir esta edificación, incluyendo mujeres y niños, arriesgando la vida de todos, esclavizándolos y prohibiéndoles la salida del recinto ya que lo construyó justo utilizando a los Prismas como muralla. Bueno, esto entre muchas cosas más que hizo este desgraciado, resulta que es de los de la casa de empeño de Nacional Monte de Piedad, los cuales son uno de los «benefactores» del teletón por ejemplo. ¿Culpa? ¿Cinismo? La disculpa de los españoles a los mexicanos de repente no se mi hizo tan disparatada.

Saliendo de aquí nos movimos a Real del Monte donde los chicos del tour Kultour (así los encuentran en Facebook ) hacen una buena investigación de dónde comer, qué visitar dependiendo del tiempo, si debes tomar un taxi o caminando puedes llegar a algún punto turístico, lo cuál está super chido porque ya no te sientes tan en tour sino que decides que ver y que visitar.

Nosotros decidimos buscar pastes, visitar el hospital de los mineros, tomar muchas fotos, pasear en un trolebus y caminar mucho. Esta zona minera tiene mucha historia también, hasta ese momento nunca me había preguntado por ese oficio -un poco con Sabrina jaja sorry- y ¿sabían que en Real del Monte fue el lugar que presenció la primera huelga de América Latina? La historia de las minas en México, es importantísima, es cruel por momentos y no recuerdo haberlo estudiando en la escuela -punto para viajar, cómo si lo necesitara-.

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Por cierto, ella es Zurhaar, una enfermera que llegó desde Holanda, siguiendo su convicción de ayudar a los demás. Vivió en el hospital de los minero y lo único que se sabe de ella es que todos la querían y que está enterrada en el panteón inglés del pueblo. Cuando te dan el tour de su casa, mencionan que «nunca hizo su vida, no se casó, ni tuvo hijos» y me dio mucho coraje que su vida pasó desapercibida por una nimiedad como esa, cuando una mujer en esa época, viajó sola a otro país para ayudar, esa me suena como una gran fucking life.

Me encanta aprender, aprender de mi país, de la gente que vive en otros entornos de los cuales desconozco, aprender a caminar calles por las que nunca había caminado, gracias má.

¿Ustedes ya han ido? ¿Ya conocían la historia de los mineros? ¿Cuál fue la última belleza natural mexicana que visitaron?

¡Besos de coneja!