La emoción de explorar.

¿Y si exploramos el amor de otra manera?

Mi primer «novio» lo tuve a los 11 años, iba en 5to de primaria y él en 2do de secundaria, fue mi primer beso, mi primer acercamiento a un cortejo, a la conquista, a las cosquillas en la panza cada vez que sonaba el teléfono de la casa de mis padres o veía pasar al susodicho y una vez que empecé y probé las mieles del deseo y el placer no hubo vuelta atrás.

Sí, fui una niña muy precoz.

Fui muy noviera, dejaba a uno para andar con otro y así sucesivamente, -casi todos celosos y posesivos, pésima combinación para una coqueta extrovertida- me volví adicta a la emoción de las primeras veces, el primer beso, las primeras manoseadas, las primeras citas, esos primeros mensajes de «¿dónde andas? paso por ti», y una vez que se iban desgastando esas primeras emociones, también me desgastaba yo y me iba.

He tenido grandes amores con sus respectivas grandes relaciones, amores que he sentido por más de 6 meses, más de 1 año, vaya, algunos han durado más de 10 ó 20 años que sin estar juntos, se han quedado impregnados. Amores de los que solo me queda el recuerdo del mucho sentimiento, ¿ya saben cuál? ese que te llena de lágrimas los ojos de solo pensar en su sonrisa, ese que te hace sentir que caminas sobre nubes, ese sentimiento que no te permite visualizar tu vida sin esa persona.

Hoy vengo a decirles que renuncio a las relaciones formales, renuncio a volver a tener pareja, a tener novio, a presentarle a alguien a mi familia, renuncio a las relaciones preestablecidas.

Y aquí viene la mejor parte:

Quiero amar en libertad, quiero estar enamorada sin negociaciones, sin complejos, sin carga emocional del otre que no me corresponde solucionar ni cargar ni cuidar, porque no vine a maternar a nadie.

Decir en voz alta que no quiero volver a estar en una relación, se ha convertido en un tema de debate al cuál todos reaccionan como si estuviera diciendo que me voy a volver monja célibe con voto de confinamiento y me doy cuenta que ambos conceptos van tan relacionados como pensar en las mujeres y la maternidad.

Conejitxs, no puedo dejar de enamorarme, es imposible, no lo puedo evitar, sentir admiración, gusto, emoción, ansias por alguien, no dejaré de sentirlo, solo que ahora me cuestiono si todo eso puede ser en libertad y de más de una sola persona; lo que sí puedo evitar y me es posible es dejar ir, es lo que me aprieta, lo me que posee, lo que me agobia, nunca me ha costado trabajo decir «no», ahora mis límites son muchos más claros.

No quiero estar por cumplir, no quiero llenar las expectativas de nadie, no quiero mandar o responder whatsapps como prueba letal de amor, no quiero hacer planes que incluyan futuros lejanos o tan inmediatos como organizar ir al súper a cumplir la lista de la despensa (no que el súper no sea una buena idea para una date), quiero que los únicos cuestionamientos sean: ¿tu casa o la mía? ¿drinks y luego pijamada? ¿roadtrip a la playa o turistas en la ciudad? Y tal vez para muchxs esto sea falta de compromiso, de responsabilidad, exceso de egocentrismo y egoísmo puro, y ¿saben qué? SÍ, pero es mi vida ¿quién me va a dictar las reglas sobre los juegos que yo juego?

Desde que terminé mi última relación, me he permitido observar cómo me relaciono con las personas con quienes tengo «algo». Mis «algo« son puros, son reales, nos buscamos porque buscamos estar juntxs, pasar momentos con esa persona por querer hacerlo y no por necesidad, no por soledad, no para ver hacia donde van ese conjunto de citas continuas, solo estamos disfrutando el momento, el famoso «aquí y ahora» y eso, conejitxs es la mitad de la ansiedad que se siente en la búsqueda constante de una pareja o del amor que hace que muchas personas tomen decisiones apresuradas, tóxicas, complejas, desordenadas, etc etc etc. Quiero que estar con alguien, sea eso: estar y no pertenecer.

Lo que siento por mis «algos« viene de un lugar donde no hay carencia, no hay necesidad, no hay peticiones por cumplir, demostrar y no hay medidas del amor que uno tiene por el otre. Viene de un lugar de conexión, de química, de admiración, de amar escuchar sus historias, de apreciar saber cómo se comparten conmigo y cómo yo encuentro maneras de compartirme especialmente con cada unx.

Justo ahí, apreciando completamente mis «algos» es que tampoco me interesa salir a tomar café con alguien nuevo (aparte, aunque amo el café, llévenme por algo más heavy, nomanen no tengo 16 años), no estoy interesada en conocer a gente nueva de esa manera porque no estoy buscando amor, no estoy buscando pareja, ni que me convenzan de que son un gran partido, especialmente porque no me interesa tu Curriculum de vida, si conectamos, conectamos, punto.

Todo esto se los cuento porque ha estado en mi cabecita, porque después de coleccionar novios, ahora quiero coleccionar experiencias con todxs. con lxs rarxs, con lxs underdogs, con lxs misfits, con lxs rebeldes, con otros que tampoco pertenecen a los cánones de cualquier institución, no estoy para nadie que no me vuelva loca.

Ya para cerrar la chismita sobre las relaciones y el amor en libertad, también hay quienes son más felices, floren, brillan más y los completa otra persona y está bien, esto no es una crítica a las relaciones sino un punto de vista de alguien que al igual que la maternidad, la dudó, la cuestionó y decidió que no cabía en esa caja.

Lo que sí, y eso se tiene que respetar, es poner las reglas claras, dejar bien puestos los límites, aunque solo sean unos besos cada que se ven o los típicos mensajes de texto diarios de todo el día, digan qué quieren, que no quieren, lo que les acomoda y lo que no, acepten las condiciones y sino, aléjense, el que avisa no es traidor, es parte de ser responsables con unx mismx y con la otra persona.

Ahora les toca a ustedes, cuéntenme que piensan, qué sienten, cómo están con sus situationships (los nuevos amigos con derecho pero con responsabilidad afectiva), con sus vinculitos, con sus vinculotes, ¿cuál es su lectura sobre las nuevas relaciones, sobre el amor, sobre ser adulto y que tu vida romántica no sea nada parecido a la de tus padres o vaya, a la de la mayoría de tus amigues?

Voy a dejar unas fotos ilustradoras que apenas me tomaron y que no tiene nada que ver con esto pero salgo bien perris y es parte de la nueva temporada de MarianaConeja soltera, espero que este post y las fotos lo lean y vean con «Flowers» de Miley Cyrus porque si este post tuviera soundtrack sería con esa rola.

Gracias a Gadiel Flores por las increíbles fotos: http://gadielflores.com/

y gracias a Casa Galgo Cholula por prestarnos su airbnb para las fotos.https://www.instagram.com/casagalgocholula/

Significado Sensorial

¿Ustedes saben qué les hizo feliz en 2010? ¿Qué marcó su vida en el 2014? ¿Qué se propusieron en el 2017 que sí se cumplieron (o no)? ¿Fue en 2021 que cambió su vida entera?

Si la respuesta fue «SÍ»:

¡FELICIDADES!

Para mi, son unas grandes personas que llevan registros de sus logros y fracasos, viajes, estudios, etc de cada año.

Si la respuesta fue «NO»:

Son de los míos. Yo recuerdo temporadas, pero no los años, si hace 1 ó 2 años hizo mucho calor en abril o si el invierno llegó muy tarde hace 5 años, hasta si la temporada de lluvia fue inusual hace 6 meses, especialmente porque mis días se van construyendo por los atuendos que decido ponerme y esos dependen muchísimas veces del clima.

He platicado con muchas personas cercanas que tienen el registro casi exacto de cuando empezaron a estudiar la maestría, de cuando lograron irse a vivir a esa ciudad que tanto querían, el año más deprimente y qué meses fueron los peores y yo, a pesar de llevar ciertos registros fotográficos como Instagram o pequeñas descripciones en la parte de atrás del libro en turno, nunca sé que me paso en qué año, de hecho, creo que después del 2003 cada año es borroso, y en parte creo que es porque realmente nunca me fijé metas, ni objetivos, ni hitos, solo los iba viviendo así como venían, no muy capricornio de mi parte.

Este diciembre 2022, es la primera vez que repaso el último año y medio de mi vida porque ha sido uno de los más difíciles, -tacha eso-, EL MÁS DIFÍCIL. (y es que la vida tiene un antes y un después del 13 de junio del 2021).

Se acabó otro año, como cada año con sus 12 meses y mi lista de propósitos para el 2023 lleva UN propósito, el primero:

«Tener el refri y la alacena llena».

Ese propósito no solo representa la materialidad de una situación financiera estable sino que además, hablará de mis hábitos alimenticios, de mis gustos, de mis monchis nocturnos, de poder montar sobre un platón unas carnes frías con quesos y un vino o varios para acompañar con las visitas. Dice muchas cosas y me urge decirlas.

Sé que en 2019 fue la última vez que fuí a la playa hasta este 2022 que pude ir dos veces, aquella vez fue hermosamente catastrófico, fue una experiencia que llegamos a contar con todo el dramatismo digno de una actriz en escena.

Sé que fue en el 2017 que entré a Monstruo Canela antes de un gran temblor y que también fue el año que las corté con una amiga por diferencias irreconciliables, en el 2020 tuve la segunda ruptura amistosa más horrible del mundo, también recuerdo esa noche.

Y así un par de cosas más en la década de los 10´s y en esta de los 20´s que llevamos 2 años, perdí a Ani y con ella muchas sonrisas, también terminé una relación de 6 años que se había vuelto mi familia y es que sin estas dos personas que tanto me eran referente a la construcción constante de mi persona, llegó un punto donde me era necesario volverme a ver al espejo y reconocerme por mi misma porque ya no me sabía nada.

2022 fue el año que volví a vivir sola, a tener un espacio únicamente para mi y mis perris, volví a hacer todo yo sola, a ir a eventos, fiestas o reuniones yo sola, salir a comer sola, cada decisión es mía y para mi, nadie más depende de eso.

2022 fue el año que me puse objetivos profesionales más claros: ¿Cuántos clientes necesitamos tener para generar utilidades? ¿Cada cuánto es necesario tomar capacitaciones? ¿Qué es y cómo ser empresaria? ¿Cuáles son nuestras estadísticas de resultados? ¿Sobre qué nos estamos midiendo? ¿Cuánto más puede crecer el equipo? ¿Cuántas propuestas comerciales tengo que generar durante la semana para lograr una conversión de por lo menos el 50%? y así y así y así…

El año pasado llovió todo junio, julio, agosto y septiembre, lo recuerdo perfecto porque fue como si el cielo llorara conmigo todos los días, no me gusta llorar, sigo pensando que pierdo tiempo al hacerlo (ahora sí, muy capricornia) pero es que el 2021 pensé que nunca dejaría de hacerlo y el clima no ayudaba na di ta.

El año de pandemia empezó el calor desde marzo, estábamos encerrados pero yo habitaba una casa con el mejor jardín y desde el primer finde oficial de cuarentena lo inauguramos y no paramos de utilizarlo hasta que llegaron las lluvias de septiembre.

Este año, hizo mucho calor toda la primavera, la casita a la que me mudé fue un pequeño hornito que se mantenía prendido todo el día y empecé a usar otro jardín, ahora sola. Este calor duró hasta noviembre y el frío hasta apenas se empezó a asomar por lo que vestirme en las mañanas ha sido un reto solo porque nunca sé que ponerme para no pasarla terrible con la temperatura.

Este año fui a Cancún un ratito y un ratitito me escapé, también me escapé a un fin de semana perfecto en Acapulco el cual fue un gran experimento social, este año comí más chiles en nogada que nunca, mis papás nos asustaron, los abuelos también, pero ellos cada año lo hacen.

Y literal, tuve que ir a mi celular a recapitular mi año:

2022
Nos mudamos de oficina monstruosa.
Me regalé plantas de regalo de cumpleaños y me planeé todo el día.
Con mi hermosa Dementa organicé una Cena Canábica Sensorial para el 14 de febrero.
Empezando la primavera, nos fuimos en familia a una casa con alberca y aprovechamos a comer caracoles y langostas cerca de Atlixco.
Fui parte del Equipo de liderazgo de BNI 2 veces.
Decoranos la Ofi para darle nuestro toque y hacer una gran fiesta de inauguración.
Fui a 2 conciertos.
Fui a comer a Tlaxcala, manejé hasta allá y platiqué un ratote con una amiga de otra vida.
Regrese a correr e hicimos en familia 5k.
Me invitaron a conducir eventos y descubrí que amo estar frente a las personas contándoles cosas (super raro, porque cero histriónica (sarcasmo))
Fui de invitada a participar en 2 podcasts.
Fui al beis con los monstris.
Hice pijamada con una amiga en casa y desayunamos tamales canarios y canábicos hechos por ella.
Me llené de más plantas.
Fui a Orizaba con mi mamá, hermana y sobri.
Me compré un sillón verde (mi segundo mueble ever comprado por mi)
A la casa a la que me mudé tuve ratones y me dormía con música para no escuchar en la noche sus movimientos.
Hice un tour de cantinas poblanas con un monterrelleno.
Me hicieron 3 sesiones de fotos.
Fui a un viñedo en Calpán.
Y me corte el pelo después de año y medio de no cortarlo.

Uffff gracia fotos, gracias libretas para escribir, gracias blog por ayudarme a historiar los años de mi vida, prometo no volver a olvidar qué tanto me pasó en qué año.

Si quieren chismear que más voy a hacer el próximo año, quédense aquí o no y vayan a hacer otras cosas más divertidas e invítenme, propónganme, mándenme links de cosas divertidas, etc etc que quiero seguir haciendo de todo porque por eso escogí la libertad de ser yo.

Gracias por todo 2022, te quedan las últimas dos semanas, sigue boni como hasta ahorita.

Para vos, el más lindo

Hola conejitxs!

Existen tantos mitos y leyendas, y supersticiones y conjuros, y veraderes y mentiras sobre el cabello de la mujer, que se ha convertido en un universo de hilos que atan las ideas de la cabeza a la sanidad, e inclusive a la locura.

Nuestro cabello se vuelve nuestro centro de poder, o uno de los más fuertes; así como la personalidad de la ropa con la que nos presentamos, nuestro cabello también nos representa, si va peinado o como recién salido de la cama, un día es partido por la mitad, otro día de lado, si eres valiente y te animas por un pixie o si eres bombshell con melena tipo Gillese y lo agitas cada que puedes. De cualquier manera, es una posibilidad infinita mucho mas cercana de crear cambios, y todo por que? Por que a diferencia de un corazón roto, el pelo, se recompone y vuelve a crecer, más fuerte, más bello y con nuevas esperanzas.

Y a donde voy con todo esto? Que después de 2 años de decidí cortarlo, y aunque no fue tan drástico (un bob mediano a la altura de los hombros) he regresado a mi color natural y a mi lacio total, y este post tiene las últimas fotos de esa larga melena que me acompañó y aguantó tanto.

Seguramente este también será de los últimos post con shorts, por que empiezan los outfits de transición al otoño y hay que saber dejar ir al verano.

Ustedes que piensan del cabello? Lo cuidan mucho? O simplemente lo dejan ser?

DSC_3765 DSC_3767 DSC_3771 DSC_3774

Besos de coneja!