¿Ustedes saben qué les hizo feliz en 2010? ¿Qué marcó su vida en el 2014? ¿Qué se propusieron en el 2017 que sí se cumplieron (o no)? ¿Fue en 2021 que cambió su vida entera?
Si la respuesta fue «SÍ»:
¡FELICIDADES!
Para mi, son unas grandes personas que llevan registros de sus logros y fracasos, viajes, estudios, etc de cada año.
Si la respuesta fue «NO»:
Son de los míos. Yo recuerdo temporadas, pero no los años, si hace 1 ó 2 años hizo mucho calor en abril o si el invierno llegó muy tarde hace 5 años, hasta si la temporada de lluvia fue inusual hace 6 meses, especialmente porque mis días se van construyendo por los atuendos que decido ponerme y esos dependen muchísimas veces del clima.
He platicado con muchas personas cercanas que tienen el registro casi exacto de cuando empezaron a estudiar la maestría, de cuando lograron irse a vivir a esa ciudad que tanto querían, el año más deprimente y qué meses fueron los peores y yo, a pesar de llevar ciertos registros fotográficos como Instagram o pequeñas descripciones en la parte de atrás del libro en turno, nunca sé que me paso en qué año, de hecho, creo que después del 2003 cada año es borroso, y en parte creo que es porque realmente nunca me fijé metas, ni objetivos, ni hitos, solo los iba viviendo así como venían, no muy capricornio de mi parte.
Este diciembre 2022, es la primera vez que repaso el último año y medio de mi vida porque ha sido uno de los más difíciles, -tacha eso-, EL MÁS DIFÍCIL. (y es que la vida tiene un antes y un después del 13 de junio del 2021).
Se acabó otro año, como cada año con sus 12 meses y mi lista de propósitos para el 2023 lleva UN propósito, el primero:
«Tener el refri y la alacena llena».
Ese propósito no solo representa la materialidad de una situación financiera estable sino que además, hablará de mis hábitos alimenticios, de mis gustos, de mis monchis nocturnos, de poder montar sobre un platón unas carnes frías con quesos y un vino o varios para acompañar con las visitas. Dice muchas cosas y me urge decirlas.
Sé que en 2019 fue la última vez que fuí a la playa hasta este 2022 que pude ir dos veces, aquella vez fue hermosamente catastrófico, fue una experiencia que llegamos a contar con todo el dramatismo digno de una actriz en escena.
Sé que fue en el 2017 que entré a Monstruo Canela antes de un gran temblor y que también fue el año que las corté con una amiga por diferencias irreconciliables, en el 2020 tuve la segunda ruptura amistosa más horrible del mundo, también recuerdo esa noche.
Y así un par de cosas más en la década de los 10´s y en esta de los 20´s que llevamos 2 años, perdí a Ani y con ella muchas sonrisas, también terminé una relación de 6 años que se había vuelto mi familia y es que sin estas dos personas que tanto me eran referente a la construcción constante de mi persona, llegó un punto donde me era necesario volverme a ver al espejo y reconocerme por mi misma porque ya no me sabía nada.
2022 fue el año que volví a vivir sola, a tener un espacio únicamente para mi y mis perris, volví a hacer todo yo sola, a ir a eventos, fiestas o reuniones yo sola, salir a comer sola, cada decisión es mía y para mi, nadie más depende de eso.
2022 fue el año que me puse objetivos profesionales más claros: ¿Cuántos clientes necesitamos tener para generar utilidades? ¿Cada cuánto es necesario tomar capacitaciones? ¿Qué es y cómo ser empresaria? ¿Cuáles son nuestras estadísticas de resultados? ¿Sobre qué nos estamos midiendo? ¿Cuánto más puede crecer el equipo? ¿Cuántas propuestas comerciales tengo que generar durante la semana para lograr una conversión de por lo menos el 50%? y así y así y así…
El año pasado llovió todo junio, julio, agosto y septiembre, lo recuerdo perfecto porque fue como si el cielo llorara conmigo todos los días, no me gusta llorar, sigo pensando que pierdo tiempo al hacerlo (ahora sí, muy capricornia) pero es que el 2021 pensé que nunca dejaría de hacerlo y el clima no ayudaba na di ta.
El año de pandemia empezó el calor desde marzo, estábamos encerrados pero yo habitaba una casa con el mejor jardín y desde el primer finde oficial de cuarentena lo inauguramos y no paramos de utilizarlo hasta que llegaron las lluvias de septiembre.
Este año, hizo mucho calor toda la primavera, la casita a la que me mudé fue un pequeño hornito que se mantenía prendido todo el día y empecé a usar otro jardín, ahora sola. Este calor duró hasta noviembre y el frío hasta apenas se empezó a asomar por lo que vestirme en las mañanas ha sido un reto solo porque nunca sé que ponerme para no pasarla terrible con la temperatura.
Este año fui a Cancún un ratito y un ratitito me escapé, también me escapé a un fin de semana perfecto en Acapulco el cual fue un gran experimento social, este año comí más chiles en nogada que nunca, mis papás nos asustaron, los abuelos también, pero ellos cada año lo hacen.
Y literal, tuve que ir a mi celular a recapitular mi año:
2022
Nos mudamos de oficina monstruosa.
Me regalé plantas de regalo de cumpleaños y me planeé todo el día.
Con mi hermosa Dementa organicé una Cena Canábica Sensorial para el 14 de febrero.
Empezando la primavera, nos fuimos en familia a una casa con alberca y aprovechamos a comer caracoles y langostas cerca de Atlixco.
Fui parte del Equipo de liderazgo de BNI 2 veces.
Decoranos la Ofi para darle nuestro toque y hacer una gran fiesta de inauguración.
Fui a 2 conciertos.
Fui a comer a Tlaxcala, manejé hasta allá y platiqué un ratote con una amiga de otra vida.
Regrese a correr e hicimos en familia 5k.
Me invitaron a conducir eventos y descubrí que amo estar frente a las personas contándoles cosas (super raro, porque cero histriónica (sarcasmo))
Fui de invitada a participar en 2 podcasts.
Fui al beis con los monstris.
Hice pijamada con una amiga en casa y desayunamos tamales canarios y canábicos hechos por ella.
Me llené de más plantas.
Fui a Orizaba con mi mamá, hermana y sobri.
Me compré un sillón verde (mi segundo mueble ever comprado por mi)
A la casa a la que me mudé tuve ratones y me dormía con música para no escuchar en la noche sus movimientos.
Hice un tour de cantinas poblanas con un monterrelleno.
Me hicieron 3 sesiones de fotos.
Fui a un viñedo en Calpán.
Y me corte el pelo después de año y medio de no cortarlo.
Uffff gracia fotos, gracias libretas para escribir, gracias blog por ayudarme a historiar los años de mi vida, prometo no volver a olvidar qué tanto me pasó en qué año.
Si quieren chismear que más voy a hacer el próximo año, quédense aquí o no y vayan a hacer otras cosas más divertidas e invítenme, propónganme, mándenme links de cosas divertidas, etc etc que quiero seguir haciendo de todo porque por eso escogí la libertad de ser yo.
Gracias por todo 2022, te quedan las últimas dos semanas, sigue boni como hasta ahorita.